La doctora Ana González-Pinto, nombre destacado en la plantilla del gasteiztarra Hospital Santiago, ganó recientemente el premio de Investigadora de referencia de la SEPB -Sociedad Española de Psiquiatría Biológica-, como ya adelantó este diario. La facultativa, presidenta de la SVNP (Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría) y profesora de la UPV, recibió el galardón gracias a sus investigaciones sobre los efectos del cannabis.

En dicho estudio, se concluye que los daños infligidos por el consumo de la citada sustancia en el cerebro son reversibles a largo plazo, no a corto, siempre y cuando el paciente que haya sufrido el primer episodio psicótico abandone el consumo de este estupefaciente. Sin embargo, "si continúan fumando, tienen una evolución maligna", indica la experta. La importancia de estos resultados reside en el hecho de que los estudios previos en torno a esta cuestión siempre habían sido muy pesimistas, considerando que el cannabis producía un daño irreversible en el cerebro. La investigación apoya la teoría del daño, pero matiza que es recuperable a medio plazo, entre cinco y ocho años, aunque no admite discusión al afirmar que el consumo continuado de la droga es aún peor para la salud mental de los pacientes psicóticos de lo que se pensaba.

Ana González-Pinto, que recibió el galardón en el marco XIV Congreso Nacional de Psiquiatría celebrado en Barcelona, también detalló que "los últimos estudios señalan que la edad de comienzo de enfermedades como el trastorno bipolar o la esquizofrenia pueden adelantarse seis o siete años en los consumidores moderados de cannabis, y hasta ocho en el caso de las personas que presentan más adicción a este tipo de droga". Además, la experta señaló que "está comprobado que los que dejan de tomar cannabis consiguen al cabo del tiempo una adaptación al medio social y laboral bastante mejor que los que persisten en el consumo de este tipo de sustancias".

El galardón no hace sino reforzar el prestigio del centro hospitalario en el que trabaja la doctora González-Pinto. No en vano, el Hospital Santiago ya es la referencia para pacientes psiquiátricos agudos. Y, para muestra un botón. El trabajo de un equipo de investigadores del centro gasteiztarra se ha plasmado en la aplicación progresiva de una terapia para tratar a pacientes afectados por primeros episodios psicóticos, un tratamiento psicoeducativo pionero que pretende amortiguar la repentina aparición de patologías tan graves como el trastorno bipolar, la esquizofrenia u otras psicosis agudas.

Un año después de que la técnica comenzara a ensayarse de forma experimental con los primeros enfermos, los resultados saltan a la vista. Si antes de aplicarse uno de cada dos pacientes volvía a ser hospitalizado durante el primer año posterior a ser dado de alta, actualmente sólo lo hace uno de cada diez. Los reingresos, por tanto, se han reducido significativamente (un 80%). ¿Pero cuál es el secreto? Ana González Pinto, jefa de la sección de Psiquiatría en Santiago e investigadora principal de este estudio, explicó a este diario por qué es tan necesaria una intervención de estas características. "Cuando una persona, generalmente joven, comienza con un episodio psicótico, hay que entender que su vida se rompe completamente, deja de interpretar la realidad como alguien normal y eso es un golpe durísimo para él mismo y su familia; en ese momento deben comenzar a reorganizar su existencia".

La terapia arranca tras el ingreso, cuya puerta de entrada es en la mayoría de las ocasiones el servicio de Urgencias o la planta de hospitalización de Psiquiatría, y complementa al fundamental tratamiento farmacológico. Se trata, a grandes rasgos, de informar y entrenar al paciente sobre su propia patología, ayudarle a detectar los síntomas para que él mismo busque el tratamiento cuando lo necesita o a elaborar "el duelo que tiene debido a la pérdida de salud". En definitiva, proporcionarles una información suficiente para que puedan ser partícipes de su mejoría.