vitoria. Dorleta Ugalde, responsable del programa de promoción para la igualdad entre hombres y mujeres en el deporte, puso de manifiesto durante la primera conferencia de la jornada las graves dificultades con las que se encuentran las mujeres que aspiran a la profesionalización.

Las conclusiones del estudio revelan que la igualdad en el deporte es un objetivo muy lejano.

El camino hacia la igualdad es largo y lleno de espinas, pero evidentemente las mujeres quieren estar ahí y están luchando para hacerlo.

No obstante, las dificultades parecen insalvables.

Sí, son manifiestas y de todo tipo. Desde la falta de patrocinio, a menores apoyos que los hombres -no sólo económicos sino sociales-, la falta de conocimiento técnico de su morfología por la ausencia de investigación en este campo...

¿Cómo describiría, de forma general, la fotografía actual del profesionalismo femenino en Euskadi?

Hay muy pocas profesionales, se pueden contar con las dos manos. Una de las condiciones para ingresar en la Fundación Euskadi Kirola es que no deben ser profesionales de contrato, aunque luego sí estén todo el día practicando un deporte. No tienen un contrato laboral con un club como para poder profesionalizarse, al estilo de los hombres futbolistas, baloncestistas o pelotaris. La clave es que en Euskadi no hay mujeres de alto nivel que no estén en la fundación. El caso de Edurne Pasaban, que ha logrado profesionalizarse en los dos últimos años gracias al patrocinio, es una excepción. Hay gente como Naroa Agirre, del más alto nivel, que están en la fundación porque no pueden vivir del deporte profesionalmente. Me encantaría tener un grupo amplio de mujeres que no estuviese en la fundación, porque eso significaría que han conseguido ser profesionales de ello.

¿Qué líneas de trabajo buscarán potenciar próximamente?

Estamos haciendo planes de igualdad en las federaciones, redistribuyendo el dinero que llega a la fundación de forma equitativa entre mujeres y hombres, dando apoyo médico y entrenamientos específicos...

¿Los cambios sociales de los últimos años no ayudan a que la brecha se vaya acortando?

La sensibilidad que se está creando socialmente respecto a la igualdad ha ayudado muchísimo a que situaciones que antes eran más graves y agravantes cuenten ahora con medidas correctoras. Se está avanzando mucho, pero todavía queda muchísimo más por recorrer sobre todo debido al poco trayecto que llevan. Es un problema cultural, educacional, social... Lo más grave es que mujeres y hombres compartimos los mismos estereotipos, y por eso es tan difícil desarraigarlos.

¿Guarda esperanzas para el futuro?

Sí veo un futuro en que, siguiendo por este camino, la situación no sé si se igualará pero sí se mejorará.