Donostia. Un nuevo término ha sido presentado a la sociedad vasca. Un concepto que, según sus creadores, es una "herramienta" pedagógica social y personal que ayudará a "mejorar la vida, la convivencia y la educación" de las personas. Baketik hizo pública ayer, en una rueda de prensa celebrada en Donostia, la palabra que resume los cuatro años de trabajo que ha desarrollado el centro por la paz de Arantzazu. Esa palabra es experiendizaje, que nace como la "sinergia de dos conceptos integrados, experiencia y aprendizaje". Asimismo, este innovador término tendrá un gran peso en la programación de Baketik para el 2010-2011, que será presentada el 18 de septiembre en Arantzazu.

Jonan Fernández, presidente de Baketik, explicó que los ciudadanos que conforman la sociedad vasca pueden mejorar haciendo aprendizaje de sus propias experiencias. "Sólo se conoce y se aprende realmente aquello que se experimenta conscientemente, pero para el experiendizaje no valen todas las experiencias, sino ocho de ellas", clarificó el director.

La vivencia de la limitación de la condición humana, el agradecimiento, la escucha de la conciencia, la dignidad humana, el diálogo, la empatía, la paciencia y el amor. Desde Baketik propusieron que mediante el experiendizaje estas experiencias se transformen en "aprendizajes sostenidos de vida, convivencia y educación".

Fernández aseguró que "todos los seres humanos tenemos capacidad de mejorar, pero el problema es saber cómo lograrlo". Para la filosofía que engloba este nuevo concepto, una persona "sana es un ser con capacidad de mejorar y cambiar su entorno, por sí misma". Cada uno puede ser "espectador de su vida" y, al mismo tiempo, "actor y guionista para mejorar la película de su vida".

Para lograr una mejora, no obstante, no es necesario buscar fuera, "sino desvelar lo que ya viene dado a cada" persona. El ser humano aun teniendo la potencialidad de ser mejor, tiende a "hacer trampas al solitario" lo que bloquea su capacidad.

Por ello, el experiendizaje se basa en la "ética de la autenticidad", y quiere expandir la idea de que hay que tener voluntad y determinación de crear, desvelar y afrontar la verdad, aunque a veces no sea grata.

Por último, para que uno mismo consiga progresar es completamente indispensable la autonomía. Hay que dotar al ser humano de "herramientas de autonomía para promover la mejora".

Durante cuatro años, 6.000 personas han tomado parte en talleres y cursillos de Baketik y es ese "rodaje el que permite plantear como hipótesis de trabajo que el experiendizaje tiene documentación teórica y aplicación práctica" suficiente.

proceso de reconciliación Fernández aseguró que la filosofía del experiendizaje tendría "una aplicación directísima" en un futuro en el cese de la violencia y la normalización política en Euskadi, en términos de reconciliación social.

En un proceso de esas características es la "propia persona la que tiene que enfrentar la idea de aceptar al diferente, al que ha tenido una vivencia, un sufrimiento en tiempos pasados". "Esas ocho claves ayudarían mucho a un trabajo educativo, formativo y colectivo para crear un buen proceso de reconciliación", apuntó. Para lograr una concienciación y una "masa crítica" que " comprenda y aliente" un proceso de entendimiento se ha de realizar un trabajo en asociaciones y entidades públicas.

víctimas Preguntado por uno de los asistentes a la comparecencia pública, el director de Baketik aseguró que no creía conveniente que en un proceso de reconciliación hubiese que sentar a la misma mesa a víctimas y victimarios. Cuestionó si "forzar artificialmente encuentros de ese estilo" puede llegar a ser positivo. Al hilo de esta cuestión, explicó que en estos procedimiento se tiende a pensar que los protagonistas han de ser las víctimas y los verdugos, pero no es así. Fernández considera que para nada hay que "cargar en la víctima el peso de liderar un proceso de reconciliación". "Nosotros cree-mos que el protagonista principal es la sociedad y la víctima debe beneficiarse de ese proceso", asertó.

Que el peso de un procedimiento de estas características recaiga sobre una víctima puede ser contraproducente y puede generar un "desenfoque" en la propia idea de la reconciliación. "Bastante tiene la víctima con lo que tiene, como para que encima le digamos que tiene que hacerse amiga de quien la ha herido", explicó el director de Baketik. La sociedad es la que tiene que crear un "clima de conciencia reconciliada" y de "aceptación mutua". De todo ello han de beneficiarse las víctimas.