vitoria. El tranvía de Gasteiz sufrió ayer su accidente más aparatoso desde que se convirtiese en un vecino más de la capital alavesa el 23 de diciembre de 2008. Un violento choque contra un camión de la basura provocó el inaudito descarrilamiento del metro ligero en el barrio de Lakuabizkarra, ante la incredulidad de los vecinos de la zona y el susto descomunal de sus ocupantes. La colisión se produjo al filo de las 10.15 horas y literalmente sacó fuera de los raíles a tres de los cinco vagones del tranvía, que fue a parar a un parque de la calle Duque de Wellington, a la altura del centro de salud.
El accidente se produjo cuando la conductora del camión, de la empresa FCC, embistió al tranvía por culpa de un descuido, según aseguraron varios testigos que circulaban por la zona. Como consecuencia del impacto, resultaron heridas leves un total de siete personas, dos de las cuales fueron trasladadas al Hospital Santiago y otras dos a Txagorritxu. Una de las evacuadas fue la propia conductora del camión, que a pesar de no sufrir heridas físicas se le diagnosticó un cuadro de ansiedad, mientras que otros dos sufrieron diversos traumatismos. La cuarta fue una mujer embarazada.
Los otros tres afectados, incluido el maquinista, fueron dados de alta en el mismo lugar del accidente tras ser atendidos en el cercano centro de salud de Lakuabizkarra. Aunque se ha abierto una investigación para esclarecer las causas exactas del accidente, los primeros indicios apuntaron a que la señalización funcionaba correctamente y el origen del choque se debió al ya citado error humano.
El servicio permaneció interrumpido durante varias horas hasta que pudo acometerse la complicada retirada de los vagones, para lo cual fue necesario el empleo de dos grúas de grandes dimensiones. Mientras el servicio técnico de Euskotren no concluyó las labores de levantamiento de la unidad afectada por el accidente, el tranvía no circuló entre las paradas de Ibaiondo -lugar hacia donde se dirigía el convoy descarrilado- y Euskal Herria, que ejerció de última parada hasta que se recuperó el servicio, bien entrada la tarde.
El proceso de levantamiento y recogida de los vagones, que congregó a un importante número de curiosos que no dudaron en inmortalizar el proceso con sus cámaras, requirió el trabajo de dos grúas para engancharlos y recolocarlos sobre las vías para poder ser conducidos a las cocheras.