Santiago de Chile. Bastante delgados, con largas barbas y ojerosos pero de muy buen ánimo. Así aparecieron ayer los 33 mineros atrapados en un yacimiento en Chile desde el pasado cinco de agosto en las primeras imágenes conseguidas de ellos a través de un vídeo, gracias a las herramientas que se les ha hecho llegar a través de las sondas.

En ellas los mineros enseñan las instalaciones que ellos mismos han montado. "Acá lo tenemos todo bien organizativo. Por acá tenemos un dominó (juego). Este es el lugar donde nosotros nos entretenemos, hacemos una reunión todos los días, planificamos. Acá oramos", señaló un obrero que hizo de conductor. "Hay un excelente grupo de trabajo acá dentro y un excelente grupo de profesionales y eso es una de las cosas que más nos ha fortalecido", recalcó el minero, que junto a sus compañeros sigue a 700 metros bajo tierra.

La grabación, que dura unos 45 minutos, fue reproducida en varias ocasiones en una gran pantalla instalada en las cercanías de lo que fue la entrada del yacimiento San José, con el fin de que sus familiares lo pudieran ver y también grabar. Al término del vídeo los 33 obreros entonaron con entusiasmo el himno nacional y gritaron: "Viva Chile, vivan los mineros". En tanto, la familia de uno de los mineros atrapados presentó ayer la primera querella en contra de los dueños de la mina San Esteban, propietaria de las instalaciones, y a los inspectores gubernamentales por permitir los fallos de seguridad que hicieron posible el derrumbamiento.

Por su parte, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, afirmó este jueves que los 33 obreros aún no han sido informados de que el rescate se demorará al menos cien días, según los expertos. Mañalich reconoció su preocupación por la reacción de los 33 mineros que ya llevan 23 días bajo tierra, ya que después del golpe emocional del pasado domingo, al ser localizados, ahora les podría venir un periodo de "fuerte bajón anímico" por la falta de contacto con sus familias. El Gobierno espera enviarles aparatos minúsculos de televisión, conectados a fibra óptica, por los que se pasarían sólo películas elegidas por médicos y luego se enviarían imágenes de sus familiares, "dependiendo de su reacción".