Madrid. Dos años después de la tragedia aérea de Spanair la investigación sigue abierta y la instrucción judicial no deja de incluir folios al caso. Pese a que entonces nadie fue capaz de esclarecer las causas del siniestro, estos días se están proporcionando algunas claves. Por ejemplo en lo concerniente al sistema de avisos. El técnico que atendió al avión tras abortar el primer intento de despegue aisló la avería desconectando un fusible. De este fusible dependían también otras funciones del avión, como el sistema de avisos de la cabina de vuelo. De este fallo se derivó también el hecho de que los pilotos no desplegaran los dispositivos ubicados en las alas y necesarios para conseguir que la aeronave se elevara del suelo. Al no funcionar el sistema de avisos, los pilotos no fueron alertados de que la configuración de las alas no era la correcta. Además, la pieza de la que dependía el sensor que le decía al avión cuándo estaba en tierra o cuándo en vuelo, el relé R2.5, tampoco funcionó. El avión había tenido la misma avería en el calefactor cinco veces seguidas en los días previos al accidente, pero nadie diagnosticó de dónde provenía el fallo. Por lo tanto el equipo de Spanair se limitó a aislarlo. Ahora esta pieza, el relé, está en poder del juez.