vitoria. Un buen día para los amantes del queso, de la artesanía, de la tradición y del medio rural. Como cada año por estas fechas, el municipio alavés de Araia celebró ayer su particular homenaje al pastor autóctono con el Artzain Eguna en una edición en la que las aguas, o mejor dicho los ganaderos, volvieron a su cauce ferial. Tras la aprobación del Plan de Gestión del Lobo, la normalidad ha retornado a estos certámenes y con ella, los animales. Por la mañana, el queso Idiazabal y sus elaboradores acapararon de nuevo la máxima atención de los miles de asistentes que se congregaron en la pequeña localidad, mientras que por la tarde los protagonistas fueron los perros pastor y las ovejas que debían conducir. Como siempre, hubo multitud de actos y medio centenar de puestos con los más variados productos, desde pasteles vascos, embutidos y dulces hasta juegos malabares, elementos de decoración realizados a mano, velas y, cómo no, queso, mucho y buen queso.

A primera hora de la jornada, las demostraciones de herri kirolak animaron el ambiente en la plaza. En la calle principal, los miembros del jurado del concurso de Idiazabal ya emitían sus primeros veredictos y los visitantes caminaban curioseando de un lado a otro. Los que alcanzaban la última parte del recorrido obtenían un suculento premio: vasito de vino o sidra y pintxito de queso gratis y rico, rico. No era de extrañar, pues, que la cola no dejara de aumentar. Realizadas las primeras selecciones del certamen, los quesos que no pasaban el corte se iban retirando de las mesas. Benjamin Urdiain del restaurante Zalacaín, Fermín Leizaola de la Sociedad Aranzadi, Karmele Mendigutxia del comité oficial de cata, Jesús Oleaga del restaurante Oleaga, José Mari Ustarroz, presidente de la Denominación de Origen Idiazabal, Miriam Molina, gerente de la D.O., y los cuatro representantes locales, Jaime Ruiz de Egino, Goya Morán, Tomás Madinabeitia y Juan Antonio Aspiazu, se afanaron en descubrir las mejores características de los 34 quesos que se presentaron al certamen. 16 eran alaveses, nueve guipuzcoanos, siete navarros y dos vizcaínos.

Las deliberaciones trascurrieron durante toda la mañana y ya al filo de las dos de la tarde la atención se centró en el escenario principal, donde había desaparecido la mesa de cata y relucían los cuatro trofeos. Tres para los mejores quesos y un cuarto galardón para el más destacado en el ámbito local. Presentados cada uno de ellos con un bertso, se procedió a la lectura de los ganadores. Jesús Ansola, de Mausitxa, en Elgoibar, se hizo con la txapela de ganador. Eli Gorrotzategi, de La Leze, en Ilarduia, con la segunda plaza. La S.A.T. de Olano, en Egino, se alzó con el bronce. El premio local también fue a parar a La Leze como mejor clasificado de los aspirantes de la zona dentro del concurso.

A partir de las seis, la atención se trasladó a las campas de Araia, donde Jose Mari Jauregi y Leze, Jon Zuazo y Azke, Fernando Etxebarria y Bat, Victor Otaola y Laika, Aritz Montalban y Txiki, Txutxi Larrazabal y Mendi, José Mari Agirre y Riki y Fidel Alonso y July se midieron sobre la hierba. Durante dos horas, ofrecieron un maravilloso espectáculo conduciendo el ganado y demostrando su compenetración en la distancia. Al final, Azke y Jon Zuazo se alzaron con la victoria, seguidos de Leze y José Mari Jauregi y de Laika y Victor Otaola. Enhorabuena.