CUANDO el varón Pierre de Coubertain decidió reimpulsar los clásicos Juegos Olímpicos lo hizo con el espíritu de fomentar la educación y unos valores morales y éticos que se habían perdido. La amistad, la nobleza y la integración eran algunas de las virtudes que quería poner en boga a través del deporte y su espíritu ha llegado intacto a la actualidad.
Así lo demostró ayer la Federación Coordinadora de Inmigrantes y Refugiados de Álava Kira, a la que le sobraron pelotas para dar un pase a favor de la interculturalidad. En el buen sentido de la expresión, claro. El Torneo Amistad de los Pueblos se inauguró en el Parque del Norte con el deporte como principal protagonista. Nada mejor que un buen partido amistoso de futbito que hizo honor a su status y acabó con empate a nueve.
Y es que las piernas parecían pesar incluso antes de jugar, ya se sabe, por los estragos de la fiebre del sábado noche. Así las cosas, el encuentro comenzó con retraso y se convirtió en una fiesta. El equipo Colectivo bachué, por un lado, conformado por jóvenes vascos, colombianos y guineanos se empleó a fondo frente al paraguayo que, a pesar de superarle en edad, demostró que la experiencia es un grado. Así las cosas, no les pillaron fuera de juego y el marcador finalizó en tablas.
Precisamente en el escenario que ofrecía el Parque del Norte y Molinuevo comenzó una prórroga muy especial. La que ofrecieron unos jugadores más culturales. Y es que el jogo bonito brasileño no se practica sólo en el Maracaná, como demostraron los brasileños de corazón alavés con su capoeira.
Para entonces, incluso Lorenzo, animado por el ambiente del más de centenar de personas que se reunió en la celebración, se decidió a salir tímidamente a ratos. "El objetivo es recrearnos, unirnos y reunirnos a través del deporte y practicar algunos que aquí no se hacen tanto como el béisbol. Que los vitorianos vean que los inmigrantes también traemos cosas bonitas", explicaba la presidenta de Kira, Mireya Perea, mientras escuchaba los versos del poeta paraguayo Salva Vallés.
Y es que tras la exhibición brasileña llegó el turno de la palabra en boca del bohemio sudamericano que unió con sus letras las diferencias de los diversos pueblos. Versos también, pero más musicales con el grupo Street people, que lejos de usar las vuvuzelas para animar a la grada, marcaron los ritmos más urbanos con influencias dominicanas, colombianas y guineanas.
La revancha se jugará el próximo sábado en Sansomendi, donde el torneo de futbito se celebrará con todo el rigor de los partidos oficiales. Por su parte, las campas de Salburua servirán para ver un campeonato de béisbol entre los Bravos de la República Dominicana y los Orioles de Cuba.