Los muertos por el alud de barro que el domingo sepultó una comarca de la provincia china de Gansu aumentó hoy a 1.117, mientras que 627 residentes continúan desaparecidos. Un total de 45.000 personas han sido evacuadas de la zona ante el peligro de nuevos aludes de barro y escombros, debido al pronóstico de lluvias que dificultan las labores de rescate que llevan a cabo unos 10.000 efectivos. A pesar de que el alud ha sepultado a la mitad de los 3.400 muertos que han dejado las lluvias monzónicas desde mayo, aún se producen milagros como el rescate ayer de un sordo tras 81 horas sepultado.
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