El mes de agosto sigue siendo un desierto en la capital alavesa, si bien es cierto que cada año se queda más gente. Al tiempo que los gasteiztarras, maleta en mano, se dirigen a su lugar de destino vacacional dejando atrás el ambiente festivo de La Blanca, la mayor parte de los comercios cuelga el cartel de cerrado por vacaciones. Otros, amarrados al optimismo, esperan sacar algún beneficio durante este mes.

Por las calles del centro, las tiendas de ropa, bisutería y bolsos se agarran a las rebajas para poder sobrevivir en un momento de crisis económica. "Nunca sabes cómo va a acabar siendo el balance final, la verdad es que nos preparamos para lo peor", afirma Sonia, encargada de Cincheli. "Hasta ahora no nos podemos quejar, las fiestas han sido un gran impulso para las ventas, pero la gente se va de vacaciones y eso empeora la situación". Para poder llevar adelante esta temporada, en algunos comercios han reducido el horario laboral. "Tener la tienda abierta todo el día no merece la pena, así que a la tarde trabajamos de 17.00 a 20.00 horas, que es el momento del día en el que más clientes tenemos", aclara Eva, dependienta de Koima, comercio de bisutería.

En tiendas como Ulanka, vender los fines de semana resulta todo un reto. "Entre semana todo va bastante bien dentro de la normalidad, pero los sábados por la tarde son muy flojos debido a que nadie se para a comprar, simplemente miran", asegura Lorena.

Respecto a los negocios más pequeños, la crisis les ha golpeado con fuerza y ahora ven llover penurias con el mes de agosto. "Gracias a que nuestro negocio se sitúa en el centro podemos decir que nos ayuda en cierto modo, pero el proceso de venta ha sido bastante lento respecto a otros años y a las pequeñas tiendas nos está perjudicando considerablemente", aclara Gerardo, responsable de la tienda Seven dedicada a la venta de joyas. En mercerías como la de Teresa, los perfumes y cosméticos han sufrido las consecuencias de la crisis, "el equilibrio en ventas ha sido el mismo que el año anterior, alrededor de un 20% menos en comparación con otros años. Lo que nos perjudica con mayor intensidad son las grandes superficies que nos están quitando la clientela", lamenta.

Paseando por otra de las zonas más frecuentadas por el ambiente comercial, como es la calle Gorbea, se puede observar que apenas hay movimiento. Las tiendas esperan abrir sus puertas a finales de agosto, y los pocos propietarios que las tienen abiertas intentan adaptarse a las circunstancias. "Nos vamos turnando entre los empleados para hacernos cargo de la tienda a lo largo del día. Somos de los pocos comercios abiertos en la zona. Muchos se van de vacaciones para descansar y otros, en cambio, piensan que es una pérdida de tiempo esperar a que acuda clientela", aclara Petri, encargada de un establecimiento de ropa.

rebajas Respecto a las rebajas, parece que los resultados son más generales. La mayoría de los comercios tuvo un cierre positivo en el mes de julio y agosto ha empezado con buen pie. "Hemos arrancado muy bien y en fiestas el impulso ha sido mucho mayor. No nos lo esperábamos para nada", recalca Lorea, dependienta de Goldenpoint, un establecimiento dedicado a la venta de ropa interior.

En los escaparates, los carteles de rebajas al 50 y 70% son los protagonistas de esta temporada. Lejos quedan los tímidos descuentos iniciales con los que los empresarios intentaban ganarse a sus clientes. "Ahora, los ciudadanos buscan el ofertón. Los primeros días son un boom pero con el paso de los días se normaliza la situación", afirma María, que regenta una tienda en la calle San Prudencio. En todo caso tendrán que esperar a septiembre para realizar balance de agosto, un mes que para ellos supone un gran reto.