Vitoria. La llegada de turistas durante las fiestas de La Blanca ha dejado resultados contradictorios para el sector hostelero: mientras que la satisfacción impera entre los empresarios hoteleros, tras casi colgar el cartel de completo, entre los bares y restaurantes de la capital alavesa las perspectivas no son tan optimistas. En el sector de restauración y de ocio nocturno el consumo ha descendido entre un 10-15%. "Se ha visto gente en las calles, incluso han venido visitantes de provincias limítrofes, pero el bolsillo no da", explica Eduardo Ugarte, director de gestión externa de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Álava (AEHA).

A su juicio, sólo el poteo se ha salvado de los efectos de la crisis y eso que los niveles de los precios son los mismos que el año pasado o que incluso en 2008. Un hecho destacable, ya que en verano los beneficios se pueden reducir al contratar más personal extra. "Sólo suben las tarifas de las terrazas al pagar un canon de ocupación", agrega Ugarte.

Ante este panorama tan poco halagüeño -teniendo en cuenta que La Blanca es el punto álgido de facturación- más de un bar se pensará en echar la persiana en lo que queda de agosto. Por este motivo, desde la Asociación de Empresarios de Hostelería de Álava se recuerda que una reivindicación que siempre se ha hecho en el sector es abrir más. "Poco a poco se va cambiando y los hosteleros se animan más a no cerrar por vacaciones, pero si la ciudad está muerta es lógico que los trabajadores elijan descansar este mes".

Sin reseñas reseñables Sin embargo, ésta no es la única recomendación que hace la agrupación de hosteleros alavesa, ya que el consumo de las plazas hoteleras caerá en picado desde hoy, una vez que hayan acabado los festejos en honor de la patrona de la ciudad. "Cuando acaben las fiestas no hay reservas reseñables", alerta el director de gestión externa de AEHA.

Tan sólo hace falta fijarse en los registros de la ocupación hotelera durante agosto del año anterior para recordar la radiografía del sector tras las fiestas. En ese mes de 2009 los alojamientos estuvieron al 48,70%. "Las plazas que se vendieron fueron menos de la mitad", insiste Ugarte.

Sin remontarse un año atrás, los datos que ofrecen los hoteles durante los últimos días de fiesta de este 2010 también ayudan a comprender la bajada de visitas a la capital alavesa una vez que acaba el programa de festejos. El céntrico hotel Almoneda ha rondado el 100% de ocupación de sus 25 habitaciones entre los días 4 y 8. "Ayer comenzamos a bajar al tener 16 habitaciones llenas", señalan desde este centro.

Pero no son los únicos. La despedida de La Blanca también deja jornadas negras en cuanto a caídas de reservas en el resto de hoteles, hostales y pensiones de la capital.