Washington. La tormenta tropical Alex, la primera de la temporada en el Atlántico, podría interrumpir durante dos semanas las operaciones que realiza British Petrolium (BP) en el Golfo de México para detener la fuga de petróleo y recoger el crudo. El almirante del Servicio de Guardacostas, Thad Allen, designado por el Gobierno del presidente Barack Obama para supervisar la respuesta al vertido, dijo ayer a la cadena CNN que se tendrían que tomar las medidas de seguridad necesarias con cinco días de antelación a la llegada de Alex a la zona afectada por el vertido.
El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, visitará Nueva Orleans y Florida el próximo martes para supervisar la respuesta de BP al vertido, según la Casa Blanca.
Las predicciones meteorológicas no prevén que la tormenta pase directamente por encima del área, pero Allen recalcó que "el tiempo es "impredecible y puede cambiar en el último minuto". El centro de la tormenta, que se formó ayer en el oeste del Caribe, cruzará Yucatán a lo largo del esta jornada para desembocar en el sur del Golfo de México esta noche, con lo que evitará el norte de la zona, donde se encuentra la plataforma y el vertido. Una vez en tierra, perdería fuerza hasta convertirse en depresión tropical, pero se intensificaría al entrar en contacto con las cálidas aguas del Golfo de México, su "combustible". Los pronósticos a cinco días del Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. vaticinan que Alex se transformará en un huracán el próximo miércoles y tocaría tierra cerca de Tampico (México).