VITORIA. Mientras el alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, proyecta convertir el barrio de Zaramaga en el Soho gasteiztarra, Los Huetos se asemeja cada vez más al Bronx para quienes residen y trabajan en la zona. Ayer, el Síndico dio la voz de alerta aprovechando su comparecencia en el Pleno del Ayuntamiento. Sin llegar a mencionar a los principales causantes de la sensación de inseguridad, la familia de etnia gitana conocida como los bartolos, Javier Otaola subrayó que la situación ha alcanzo un nivel de gravedad lo suficientemente alto como para actuar "de manera decidida". Su propuesta, crear un plan de seguridad especial para los próximos seis meses.
El Síndico admitió que "las medidas policiales nunca son simpáticas". No obstante, defendió que tal y como está la situación, y pese a que el equipo de gobierno asegura que la solución "está cada día más cerca", no queda otra alternativa. A juicio de Otaola, la Policía Local debería organizar una vigilancia específica y permanente de 24 horas "que introduzca pautas de normalidad, acabe con los asaltos, evite los abusos y las infracciones constantes a las más elementales normas de convivencia y aporte seguridad a los vecinos amedrentados". Un dispositivo que, si fuera posible, debería reforzarse con la colaboración de otras fuerzas de seguridad.
"Si hemos sido capaces de hacer frente a peores amenazas, como la del terrorismo, no es posible que no podamos hacer frente a un fenómeno de violencia antisocial", consideró el Síndico, quien insistió en el peligro y la impotencia que experimentan los vecinos y trabajadores de la zona, entre ellos, el mercado de mayoristas. "Tienen miedo por las agresiones, injurias y agresiones que reciben por parte de esas personas", lamentó Otaola. Un miedo que el pasado fin de semana se sintió a flor de piel al producirse el asalto de una vivienda. Según el gobierno, aún se investiga si los bartolos están detrás de este suceso, pero lo que sí es cierto es que parte del clan, al menos dos familias, ha regresado al número 68 de Los Huetos. Y con ellos la seguridad de que volverán los robos.
Los grupos municipales del PP, EB y EA valoraron positivamente la propuesta del Sindico de establecer un dispositivo especial de vigilancia, pero el equipo de gobierno prefirió no valorarla. El teniente de alcalde, Juan Carlos Alonso, defendió que el objetivo de toda la Corporación es "el fin de esta lacra, una herida infectada que heredamos", pero subrayó que la intención de los socialistas es seguir trabajando "con discreción".
Varios departamentos municipales están implicados en esta labor. Mientras Intervención Social ha tratado en este tiempo de lograr la inserción normalizada de los bartolos más proclives y su traslado a otros espacios de la ciudad, el gobierno también está trabajando en la oferta económica que se trasladará al clan por los tres pisos aún en su propiedad -la Justicia les confiscó las otras tres viviendas por sus muchas deudas y las entregó a Caja Vital-. Cuando se resten todos los impagos acumulados, entonces el Ayuntamiento entregará la cifra resultante a la familia a cambio del edificio. ¿Pero aceptará?