vitoria. Encontrar un trabajo en la actual situación de crisis es un problema para la población en general, pero una circunstancia prácticamente imposible para aquellas personas con algún tipo de discapacidad. Esto se agrava aún más si dentro de este sector la estadística se refiere a las personas con algún tipo de enfermedad mental. Y es que, según este colectivo, entre el 80 y 90% de los afectados por alguno de estos trastornos se encuentra en el paro. Una cifra que supone un alto índice en sí mismo pero que todavía toma una dimensión mayor si se tiene en cuenta que un 4,38% de la población en edad laboral de Euskadi pertenece a este colectivo.

Una realidad que responde, en muchas ocasiones, no sólo a la práctica habitual del tejido empresarial de no cumplir con la norma de contar en plantilla con el 2% de trabajadores con alguna discapacidad estipulado por ley sino, sobre todo, con los prejuicios que rodean a las enfermedades mentales y que dibujan a sus afectados como agresivos o incapaces de desarrollar una actividad laboral. Esto podría evitarse, según el propio colectivo, si cayeran las barreras existentes, así como si se trabajara en las carencias educativas que tienen las personas con enfermedad mental, se mejoraran las condiciones del trabajo a tiempo parcial y se trabajara en la igualdad de trato, así como en la estructuración de ayudas a este tipo de trabajadores.

Precisamente por ello, la asociación de familiares y personas con enfermedad mental de Álava (Asafes) invitó ayer a una veintena de empresas e instituciones con el objetivo de concienciarles acerca de la necesidad de integrar a estas personas en el mundo laboral.

Este colectivo aseguró que, a través de su programa de inserción laboral (PILA) logra encontrar una media de 18 puestos de trabajo cada año, en los que los afectados están demostrando su capacidad para realizar los trabajos de la misma forma que sus compañeros.

Por su parte, el director de Inclusión Social del Gobierno Vasco, Pedro María Sánchez, avanzó que se está diseñando un servicio como Lanbide "que sea realmente incluyente" para colectivos en riesgo de exclusión.