amurrio. Resignarse a vivir de una prestación por desempleo desistiendo de entrar en el mercado laboral se ha terminado. Al menos, en los ocho municipios que, como Amurrio y Agurain, firmaron el pasado 7 de junio con la consejera de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco, Gemma Zabaleta, un protocolo de colaboración. Éste ha dado luz verde a un programa experimental de Renta Activa que se desarrollará hasta el próximo mes de diciembre y que representa un cambio total en relación a lo que se estaba desarrollando hasta ahora en el modelo vasco de lucha contra la pobreza.

El objetivo de esta iniciativa no es otro que experimentar un modelo de inclusión activa, basado en el fortalecimiento de la coordinación entre los servicios de empleo y los servicios sociales en el ámbito local y en la mejora de las iniciativas para la activación de los perceptores de las prestaciones económicas hacia el mercado laboral. La propuesta incluye la experimentación de la tramitación de la Renta de Garantía de Ingresos (antigua Renta Básica) y de la Prestación Complementaria de Vivienda desde el Servicio Vasco de Empleo, Lanbide, en lugar de en los Servicios Sociales municipales.

De aquí que esta experiencia se haya puesto en marcha en los ayuntamientos de Amurrio y Agurain, además de en Elgoibar, Erandio, Irun, Portugalete, Lasarte y Basauri, ya que son los que cuentan con oficinas de Lanbide. La única villa con oficina de Lanbide que queda excluida de esta iniciativa es Oion, debido al tamaño de esta localidad y a la limitada proyección de su oficina.

Hasta ahora eran tres las administraciones que intervenían en la compleja gestión de las prestaciones. Las solicitudes se realizaban en los ayuntamientos; las diputaciones concedían la autorización y, por último, el Gobierno Vasco refrendaba y pagaba. A partir de ahora, se va poner la atención en el perceptor de la ayuda y en su responsabilidad de activarse para el empleo. "Se puede decir que hemos pasado a una ventanilla única, aunque los Servicios Sociales de cada Ayuntamiento seguiremos encargándonos de aquellas personas que requieran de una intervención social a través de un proceso de orientación y acompañamiento para su inclusión relacional y comunitaria", explicó ayer a este diario el alcalde de Amurrio, Pablo Isasi.

Lo que esta claro es que el Ejecutivo autónomo ha liberado de trabajo administrativo a los ayuntamientos, al tiempo que ha obligado a los perceptores a que acudan a por esta ayuda social a un asesor de empleo y no a los trabajadores sociales, de forma que los técnicos de Lanbide les planteen un plan de formación o de inserción laboral, con el fin de facilitar la entrada al mercado laboral de estas personas, en muchos casos parados de larga duración.

De esta forma, se podrán evitar abusos y que haya personas que no busquen trabajo porque prefieran vivir de las ayudas. "Si los técnicos de Lanbide demuestran que el perceptor no está dispuesto a beneficiarse de las herramientas que le permitirán integrarse en el mercado laboral, éste perderá la ayuda", subrayó Isasi. En concreto, desde las oficinas del Servicio Vasco de Empleo se activará laboralmente a los perceptores de la RGI mediante la firma de los convenios de inclusión y a través de cursos y programas de formación ajustados a sus características. Así, Lanbide conectará las prestaciones y la activación, lo que supone gestionar ambos campos por primera vez. La perspectiva del traspaso de las Políticas Activas hará posible generalizar esta iniciativa al conjunto de los municipios.

Las comarcas en las que se asientan las ocho sedes de Lanbide cuentan con unas 45.000 personas en el desempleo, lo que supone el 32 % de la población desempleada de Euskadi. Por otra parte, los perceptores actuales de Renta de Garantía de Ingresos en estos ocho municipios superan los 4.500 (alrededor del 10% del total de perceptores de RGI de la CAV). El mayor número de perceptores se concentra en Irun, con más de 800, y el menor en Agurain, donde la cifra es de 150.