amurrio. Los propietarios de las siete bodegas de Arabako Txakolina han decidido hacer de la calidad del producto su bandera, de cara al imparable crecimiento que experimentará la denominación de origen en los próximos años con el aumento de las hectáreas de viñedo. Y es que son conscientes de que el hecho de incrementar la producción debe ir de la mano de un aumento de la cartera de clientes, y en los tiempos de crisis que corren "con una subida del IVA a la vuelta de la esquina, que va a encarecer nuestro producto en los bares, con lo que se van a ver disminuidas las ventas", la situación no es fácil. "Lo veo crudo. Por lo que a mí respecta, seguiré apostando por la calidad", explica Txomin Solaun, propietario de Agroturismo El Txakoli, la bodega más antigua y más pequeña de Arabako Txakolina.
No es el único. Jon Gallastegi, de la bodega laudioarra Beldio, considera que el futuro del txakoli alavés pasa por "mejorar la calidad, la elaboración y hacer las cosas con más cariño, al tiempo que estabilizamos el sector sentándonos a debatir a dónde queremos ir, si vamos a ser capaces de vender toda la uva que vamos a producir en pocos años, manteniendo la calidad, y qué estrategias de mercado vamos a adoptar". Al mismo tiempo, invita a los txakolineros guipuzcoanos y vizcaínos a unir fuerzas. "No tiene sentido que en una nación tan pequeña haya tres denominaciones de origen y que vayamos por separado", considera.
Un asunto con el que también coincide Jon Zubeldia, de Okondo Txakolina: "Tendríamos más fuerza de cara a promociones y control de calidad, entre otras cuestiones, pero lo veo muy difícil porque hay muchos intereses económicos y Bizkaia y Gipuzkoa nos llevan muchos años. Así que a los txakolineros alaveses, de momento, nos toca seguir haciendo un producto de calidad óptima y empezar a abrir mercados, que se nos conozca y se consuma más".
Egoitz Zubiaur, de la bodega Garate Txakolina en Llodio, lanza su mirada más allá de los territorios vecinos. "Tenemos un nivel alto frente a otros blancos de la península ibérica, pero en Europa hay unos vinazos increíbles, nos llevan diez años y se nota. Ahora aquí estamos pensando en la Ruta del Txakoli, tomando de referencia a La Rioja. Nos falta mucho por aprender, aunque vamos por buen camino". Su compañera María Angeles Villate, de la bodega Arzabro de Delika, considera este proyecto de enoturismo como "algo muy interesante, porque nos va a permitir fomentar no solo nuestro txakoli, sino nuestro sector turístico, a la par que enseñar nuestro envidiable entorno natural". Un extremo que también apoyan Gallastegi y Zubeldia, pero que para Solaun va muy lento: "Avanzamos poco. No tenemos señalizadas ni las bodegas".
Sea como fuere, todos ellos tienen dimensionadas sus bodegas para dar cabida a una cantidad de litros muy superior a la producción actual porque creen en las posibilidades de crecimiento. Los depósitos de estas siete bodegas están preparados para elaborar 695.000 litros anuales, más del doble de la producción actual (252.292 litros), aunque también es cierto que si para 2012 entran en producción las 110 hectáreas previstas (frente a las 47 actuales), a estos centros elaboradores les llegará uva suficiente para fabricar 750.000 litros, lo que equivale a un millón de botellas.
¿Lograrán que el mercado absorba tal cantidad? De momento, Arabako Txakolina no se limita al mercado vasco estatal, sino que ya esta presente a nivel internacional en países como Suecia o Japón. Así que solo queda seguir trabajando sin perder ni un ápice de calidad ni de ilusión.