El gran número de sociedades gastronómicas en Euskadi es una de las mejores muestras del culto por la cocina que se profesa por estos lares. Sólo en Álava existen 213 asociaciones de este tipo. Sin embargo, las féminas consideran que el menú que allí se cuece está lejos de ser variado y de tener el adecuado aliño de sexos. No es plato de su gusto el hecho de que al frente de los fogones de las sociedades únicamente puedan estar hombres. El banquete, al ser pobre y sin todos los nutrientes, tiene como resultado en ellas un sabor más que agridulce saber que están fuera de estos míticos txokos, donde tienen prohibida la entrada aunque vayan a degustar sus manjares tan sólo para acompañar a sus maridos. El informe de Defensoría para la Igualdad del Gobierno Vasco La relevancia e impacto social de las sociedades gastronómicas revela que el 59,3% de ellas deniega su acceso a las mujeres. La última polémica al respecto es reciente. El pasado día 11, la cofradía laudiarra de San Roque acordó que éstas no participarán en la comida anual de la hermandad del 29 de agosto.
Estas agrupaciones se escudan "en la tradición como algo incuestionable" para impedir a las féminas ser socias. Un argumento que la Defensoría denuncia por ser ilegal al permitir que sólo las redes de influencia de los hombres se extiendan en estas agrupaciones, signos de identidad de la cultura vasca. El documento destaca que todas estas situaciones de exclusión vulneran la Constitución española, la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de hombres y mujeres y la Ley vasca 4/2005 sobre este mismo ámbito. Cuatro mujeres alavesas que brillan con luz propia en diversas esferas de la sociedad explican a este diario su visión sobre el mantenimiento de estas normas datadas en el siglo XIX, con el origen de estos txokos.
Directora de teatro paraíso
Pilar López
Pilar López, directora de Teatro Paraíso y de la sala Beñat-Etxepare exige que las costumbres que no nos hacen iguales a mujeres y hombres hay que cambiarlas. "La vida fluye y los seres evolucionamos. No es legítimo que las leyes no dejen entrar por razón de sexo o ideología. Además, hay una ley superior, la Constitución, que reconoce la igualdad". La gente que se agrupa puede elegir a quien quiere, pero no dejar pasar a las mujeres es una discriminación. Es un anacronismo que no puedan ser socias en pleno siglo XXI, cuando las mujeres estamos en distintos ámbitos de la sociedad. No estamos en el siglo XIX.
La directora del Teatro Paraíso ensalza la labor de los medios de comunicación "para hacer visible el camino de aceptación de las féminas en la normalización de la sociedades gastronómicas".
Respecto a la modificación de los estatutos para permitir el libre acceso, para López lo más importante es que cuando se dé una desigualdad, se pongan en marcha una serie de medidas que equilibren. "Esta denegación no es normal en una sociedad democrática. Los niños, en especial, deben ver que este tipo de circunstancias no son normales". Esta mujer insiste en que hay que hacer todo lo posible para avanzar, siempre en relación con su valía y condición, no por sexo.
Escritora
Karmele Jaio
La escritora Karmele Jaio tiene una opinión bien clara respecto a los argumentos de que "la tradición como algo incuestionable" en los que se escudan estas sociedades gastronómicas. "Yo creo que la tradición está para cambiarla ya que nunca puede ponerse por delante de los derechos humanos y cuando es así es insostenible". En la misma línea que Pilar López, Karmele califica de "anacrónico" que aún en pleno siglo XXI haya espacios en los que se deniegue el acceso a algunas personas por ser mujeres. Este impedimento es una herencia del pasado y esta sociedad, si quiere avanzar, se debe mirar al futuro. "Basarse en la tradición es lo último que les queda, pero creo que no es un argumento válido".
En lo que respecta al posible cambio estatutario de los txokos, considera limitada la capacidad de los poderes públicos para hacer cumplir las previsiones de la Ley de Igualdad, al moverse en el ámbito privado. "Pero yo creo que esto un asunto que va más allá de las leyes. Estamos hablando de tratar a las personas en igualdad, al margen de que sean mujeres u hombres".
La escritora y columnista de Boteprontoan en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA también tiene claro que en estos casos la igualdad no es una quimera. "Si creemos que las cosas son imposibles de conseguir, nunca se alcanzarán. Yo creo que el camino hacia la igualdad es un camino muy difícil y muy complejo, pero no podemos dejar de seguir avanzando". En este sentido, afirma que la gran labor de las mujeres ha conseguido avanzar en este progreso. "Estamos hoy donde estamos gracias al trabajo, al esfuerzo y al sacrificio de mucha gente, en especial del movimiento de mujeres. Se lo debemos a todas esas personas y a las generaciones venideras". Karmele cree que la voluntad es la clave, "en todos los sectores de nuestra sociedad".
luchadora de élite
Maider Unda
Maider Unda consiguió el 16 de este mes la medalla de bronce en el Europeo de Luchas Olímpicas disputado en Azerbayán. Un nuevo metal que se sumó al logrado el pasado mes de septiembre en el Mundial de Dinamarca y que aspira a repetir o incluso superar en los Juegos Olímpicos de Londres. Pero Maider Unda también lucha más allá de sus citas deportivas ya que considera que la exclusión de las mujeres en las sociedades democráticas es una herencia del machismo y "de todo lo que viene por detrás". Destaca que el cambio tiene que venir de las dos partes. "Las mujeres tienen que intentar entrar y si no las dejan, mala suerte, pero las sociedades también tienen que estar dispuestas a ello". La deportista señala que este esfuerzo debe de ser mutuo porque es "mejor no forzar las cosas, como en los equipos de deporte". Por este motivo, "no sabe" si un cambio estatutario ayudaría a permitir el paso de las féminas en los txokos. "Ellos no dejan entrar porque las sociedades que yo conozco dicen que es el único sitio donde pueden estar solos y las mujer no les puede controlar". Además, cree que el carácter privado de estas asociaciones hace más difícil cambiar su reglamento. "Es como la casa de cada uno. Por ejemplo en la mía no dejo que entre gente que hable castellano".
Según Maider, el ideal es que en cada una de estas asociaciones hagan una asamblea conjunta y lleguen a ese acuerdo entre todos para lograr el cambio, porque "las cosas a la fuerza nunca salen bien".
ConcejalA de vitoria
Maite Berrocal
Maite Berrocal, concejala de Educación, Cultura y Deporte del Consistorio vitoriano afirma que la exclusión de las mujeres en las sociedades gastronómicas no es una herencia del machismo, sino más bien una "manifestación de éste que se produce en un ámbito privado o festivo". Para Berrocal, hay bastantes ejemplos de cómo el machismo se perpetúa en "muchos" de los comportamientos cotidianos. "Lo que pasa es que en algunos casos trasciende más porque forma parte del acto central de unas fiestas".
Maite Berrocal es más que partidaria de cambiar los estatutos de estas agrupaciones gastronómicas ya que la reforma para la edil es un requisito democrático. "Las sociedades y todo tipo de entidades deben tener adaptados sus estatutos a la legalidad vigente que dice que no se puede aceptar ninguna discriminación". Precisamente, esta diferencia por sexo es la que hace que la sociedad no funcione. "La desigualdad es una de las principales discriminaciones porque es trasversal, afecta a todas las mujeres con independencia de su edad, de su raza o de su orientación sexual. Da igual que seamos jóvenes o mayores, blancas o negras... nos afecta a todas las mujeres".
La edil considera necesario un acuerdo social. "Los derechos humanos son una declaración que hay que materializar en todos los ámbitos de la vida. Lo que está claro es que si los derechos sólo son para unos cuantos, no son derechos. Son privilegios".