madrid. Los expertos pronostican que la nube de cenizas volcánicas que cubre el norte y el este de Europa permanezca al menos otras 24 horas sobre el continente, hasta mañana lunes, lo que supone un agravamiento del caos de tráfico aéreo que ayer sábado provocó la cancelación de tres de cada cuatro vuelos.

Mientras, la llegada al norte de España de la nube de cenizas volcánicas procedente de Islandia obligó ayer a cerrar siete aeropuertos del norte peninsular, aunque se reabrieron al cabo de una hora debido al desplazamiento de la misma hacia el este.

Aena decidió cerrar los aeropuertos de Asturias, Vitoria, Bilbao, San Sebastián, Logroño, Santander y Pamplona, pero una hora después se reabrieron, ya que la nube se desplazó rápidamente hacia el este, por lo que hoy podría afectar a algunos aeropuertos de Cataluña y Baleares.

El cierre, en cada caso, obedeció a razones de seguridad y ha afectado a 22 vuelos (uno en Pamplona, cuatro en Asturias, tres en Cantabria y 14 en Bilbao). No obstante, el tráfico aéreo en el resto de la Península ha seguido abierto. Aena cifró en 2.029 el número de vuelos cancelados, de los que 993 proceden de aeropuertos del centro y norte de Europa y 1.036 salen hacia dichos destinos.

Por su parte, la agencia europea de control aéreo, Eurocontrol, redujo sus estimaciones originales y pronosticó que sólo se realizarán 5.000 de los 22.000 trayectos habituales en un sábado a raíz de la nube provocada por la erupción del volcán. "Los pronósticos sugieren que la nube de ceniza volcánica persistirá y que el impacto continuará por al menos las próximas 24 horas", sostuvo Eurocontrol en un comunicado.

Bajo las condiciones actuales, el número se ha visto reducido sensiblemnte, como ocurrió ayer cuando, según Eurocontrol, se registraron 10.400 vuelos en lugar de los 28.000 de costumbre.

En su comunicado, Eurocontrol precisa que los aviones no pueden aterrizar en la mayor parte del norte y el centro de Europa, incluyendo Austria, Bélgica, Croacia, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, norte de Francia, la mayor parte de Alemania, Hungría, norte de Italia, Países Bajos, sur de Noruega, Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Serbia, Suecia, Suiza y Reino Unido. Las aerolíneas españolas, especialmente Iberia, suspendieron los vuelos previstos para hoy a estos destinos.

Los espacios aéreos del sur de Europa permanecen abiertos: España, sur de los Balcanes, sur de Italia, Bulgaria, Grecia y Turquía, aunque en España la ceniza ha comenzado a penetrar por los Pirineos y afecta ya al norte de Cataluña y de Aragón.

La intensidad de la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull parecía estar aliviándose el sábado, pero podría continuar durante días e incluso meses, según los expertos. La última erupción del volcán, de 1821, duró dos años.

pasillos El humo volcánico que flota en la parte superior de la atmósfera podría provocar problemas en los motores a propulsión de los aviones y sus fuselajes, por lo que obliga efectivamente la interrupción de los vuelos. Según las primeras estimaciones está costando a las aerolíneas unos 150 millones de euros por día. En algunas de las zonas de la atmósfera se han abierto espacios limpios a elevada altura, "dependiendo del área actual y pronosticada de la nube de ceniza". No obstante, Eurocontrol advierte de que "es difícil acceder a estos espacios porque en la mayoría de los casos la zona que le rodea no permite el paso de los vuelos".

Las autoridades de la mayoría de los países del centro y el norte de Europa ya han anunciado el cierre de su espacio aéreo incluso hasta el lunes. En Francia, los aeropuertos de París permanecerán cerrados al menos hasta las 8.00 horas del lunes (hora peninsular española).

La compañía de bandera británica, British Airways, ha cancelado todos sus vuelos programados para sábado y el domingo hacia y desde Europa, así como dentro de Gran Bretaña y el mayor operador de viajes de Europa, TUI Travel, anunció que cancelaría todos sus programas al menos hasta mediodía del domingo.

La situación actual es ya el mayor caos aéreo desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, cuando el espacio aéreo estadounidense fue cerrado por tres días y las aerolíneas europeas se vieron forzadas a detener la mayoría de sus servicios transatlánticos.

El volcán comenzó su erupción el miércoles por segunda vez en un mes desde la parte inferior del glaciar Eyjafjallajökull, arrojando a la atmósfera una nube de ceniza de entre seis y 11 kilómetros. La ceniza volcánica contiene minúsculas partículas de vidrio y roca pulverizada que pueden dañar los motores y el casco del avión.