río de janeiro. Las autoridades de Río de Janeiro tomaron ayer las primeras medidas para prevenir que las lluvias puedan provocar otra tragedia como la que enfrentan en la actualidad y que puede haber causado 350 muertos, según cálculos del Gobierno regional.

Hasta el momento se han recuperado 212 cadáveres en las zonas donde tuvieron lugar diversas avalanchas provocadas por el temporal de esta semana.

El gobernador regional, Sergio Cabral, constató que los equipos de rescate buscan cerca de 150 desaparecidos en la favela Morro do Bumba, en Niteroi, ciudad vecina a Río de Janeiro.

"Son de 100 a 150 cuerpos, según me dijeron los bomberos. Es una situación estremecedora", dijo Cabral. Únicamente en Niteroi han sido contabilizados 132 muertos, además de 60 en la ciudad de Río de Janeiro, 16 en Sao Gonzalo, y cuatro más en Petrópolis, Nilópolis, Paracambi y Magé.

De la montaña de tierra y basura que cubrió al menos 50 casas en el Morro do Bumba, un antiguo vertedero, han sido retirados ya 27 cadáveres, según los bomberos.

Mientras las excavadoras trabajan día y noche bajo una lluvia intermitente, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, anunció medidas tajantes para poner punto y final a estas recurrentes avalanchas de tierra que se cobran víctimas mortales en cada época de lluvias.

La Alcaldía publicó un decreto en el que ordenó el desalojo obligatorio de todos los habitantes en áreas consideradas de riesgo, la mayoría de ellas barrios de tugurios levantados de forma irregular en las laderas de cerros escarpados, muy vulnerables a las avalanchas.

desalojos Después de una reunión con el gabinete de emergencia, Paes aseguró que la Alcaldía ya ha elaborado un mapa que detalla las áreas de riesgo prioritarias, con una posibilidad "más intensa" de sufrir deslizamientos.

La semana que viene, las autoridades municipales discutirán la aplicación puntual de estas intervenciones que, en la práctica, van a suponer el desalojo de miles de personas en 33 barrios de toda la ciudad. Algunos damnificados han sido alojados ya en escuelas, polideportivos, y centros de asistencia social.

Paes avisó que, en caso de que los vecinos se opongan a los desahucios, se va a ordenar a la policía que "use la fuerza", lo que supone un cambio radical con relación a la política aplicada en el trato a los barrios pobres.

En Niteroi, la Defensa Civil cerró de manera provisional otro antiguo vertedero, llamado Morro do Céu, tras registrarse dos pequeños derrumbes que causaron pánico entre sus habitantes.

En las últimas décadas, los diferentes gobiernos locales han optado por no remover las favelas y, en cambio, han ofrecido algunos servicios básicos a las poblaciones, lo que ha supuesto una legitimación de facto de las construcciones irregulares.

El pasado martes, el alcalde y el gobernador regional coincidieron en culpar a las administraciones anteriores por no tomar medidas para evitar los asentamientos en áreas peligrosas. Al visitar el área más afectada en Niteroi, Cabral volvió a señalar que "la culpa es de toda la sociedad", puesto que en Río "los derechos humanos y el orden público se veían como contradictorios". "Esto fue una gran alerta. Una demostración de que es necesario tomar acciones para impedir las ocupaciones irregulares", dijo el gobernador.