madrid. Los Reyes recorrieron ayer la Gran Vía madrileña para comprobar, 100 años después de que Alfonso XIII presidiera el inicio oficial de las obras de esta arteria de la capital, que aquel "sueño de modernidad", como la calificó el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, es una realidad viva. El centenario de la Gran Vía, organizado por el Ayuntamiento de Madrid, reunió ayer a la Corona, a políticos de todas las administraciones y partidos y a personajes del mundo del espectáculo, tan ligado durante décadas a esta céntrica calle de Madrid, hoy jalonada de menos cines pero de más teatros.

De esta conmemoración quedará para siempre en la Gran Vía un monumento, un plano en relieve de la calle realizado en bronce, que los Reyes y Ruiz-Gallardón descubrieron en la confluencia con la calle de Alcalá y que durante toda la mañana fue buscado y fotografiado por cientos de madrileños y turistas.