roma. El Papa Benedicto XVI reiteró ayer durante el primero de los actos litúrgicos del Jueves Santo su condena al aborto, pero sin abordar el escándalo de los abusos a menores en la Iglesia católica que sacuden a varios países europeos y a EEUU.
Al contrario de los que algunos esperaban, el Pontífice no abordó el delicado tema de los escándalos por las denuncias contra curas pederastas, pero sí condenó de nuevo el aborto. "Es importante para los cristianos no aceptar una injusticia elevada al rango de derecho, por ejemplo, cuando se trata del asesinato de niños inocentes que aún no han nacido", declaró en su homilía.
En la primera liturgia del Jueves Santo en la catedal de San Pedro ante cardenales, obispos y sacerdotes, Benedicito XVI se limitó a solicitar a los cristianos que cumplan con el derecho, aunque sin aceptar nunca las injusticias "aunque sean consideradas como derecho, por ejemplo, cuando se trata del asesinato de niños inocentes aún no nacidos". "Así sirven ahora los cristianos a la paz", añadió el líder de la Iglesia católica en una nueva crítica a las leyes que permiten el aborto.
"También hoy es importantante para Cristo cumplir la ley, que es la base de la paz", dijo Benedicto al exigir a los miembros de la Iglesia que se comporten como ciudadanos.
Por la tarde, el Papa se trasladó por la tarde a la basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, para celebrar la misa de la Última Cena, en la que tradicionalmente lava los pies a doce presbíteros. Benedicto XVI ya había anunciado que el dinero que se recogiese durante esta celebración se destinará a la reconstrucción del seminario de Puerto Príncipe, destruido por el terremoto que azotó Haití.
Por otro lado, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, mostró ayer su solidaridad con el Papa Benedicto XVI, según dijo por el "maltrato injusto y falaz" que "algunos medios de comunicación y grupos interesados están haciendo de su persona y ministerio".
Por ello, el arzobispo Sanz Montes ha remitido en nombre de la Iglesia asturiana una carta a Benedicto XVI en la que expresa la gratitud de todos sus diocesanos por el "testimonio de amor a la verdad" que viene ejerciendo el Pontífice en "los aireados casos de abusos a menores por parte de algunos sacerdotes y consagrados".
Ante esta situación "dolorosa", monseñor Sanz traslada al Papa su "agradecimiento" por "la cercanía a las víctimas de tan graves pecados", al tiempo que expresa su "afecto y proximidad" a Benedicto XVI por el "ejemplo de firmeza, libertad y misericordia" con que ha procedido ante esta "difícil situación".