hoy, como cada 2 de abril, se celebra a lo largo y ancho del planeta el Día mundial del Autismo, un trastorno profundo del desarrollo comunicativo que se presenta en la edad infantil, se identifica en seis de cada 1.000 personas, mayoritariamente varones, y perdura durante toda la vida de los afectados, que se caracterizan por sus dificultades de comunicación, interacción y flexibilidad de la conducta. En Álava, cerca de 70 personas se encuentran certificadas por la Diputación con este diagnóstico.

Los colectivos vascos de familiares de afectados, conscientes del largo camino que todavía deben recorrer para lograr la completa integración de sus seres queridos, también se movilizarán haciendo especial hincapié en la no discriminación y la igualdad de derechos y oportunidades que merecen los afectados, así como en la sensibilización de la sociedad sobre las dificultades con las que se encuentran cada día.

Especialmente en estos momentos de crisis, en los que la protección social de los afectados por parte de las instituciones resulta esencial. En Álava, por suerte, la Asociación de autismo y otros trastornos del desarrollo (Arazoak) cuenta con un centro especializado para la atención de los afectados, estrenado en enero del pasado 2009. Con su inauguración, Azaroak logró una de las demandas históricas del colectivo de familiares de afectados por autismo, que habían solicitado en múltiples ocasiones la creación de un espacio específico para que los autistas con el periplo escolar ya finalizado tuvieran un espacio donde poder continuar su proceso de aprendizaje y socialización.

No en vano, según explican desde la federación vasca de asociaciones a favor de las personas con discapacidad intelectual (Fevas), "la inclusión, el abordaje psicológico y educativo, así como la provisión de otros apoyos necesarios mejoran radicalmente la calidad de vida de los afectados y sus familias". Porque, a pesar de los avances logrados en el tratamiento de este síndrome durante las dos últimas décadas, el autismo no tiene cura.