como Vitoria no es Río de Janeiro, sin duda alguna los trajes que más triunfaron ayer fueron los más abrigados. El hombre del tiempo ya venía anunciando desde hacía unos días que el mercurio no iba a subir de los cero grados, por lo que los gasteiztarras salieron a la calle más que prevenidos.

Así, no fue extraño encontrarse con brujas malvadas con plumíferos, superhéroes con guantes de lana y hasta princesas asistiendo a la llegada de los pintores de Vitoria parapetadas bajo una manta traída de casa. Incluso así no fue fácil soportar el frío que durante toda la jornada se instaló en la ciudad y que no la abandonó.

Los disfraces de pingüinos como el de Mikel, un alumno de quinto de Primaria, tenían ayer más sentido que nunca, al igual que el de osos polares. Muchos optaron por rescatar los disfraces más cálidos de los camarotes ya que Vitoria presentaba ayer una estampa más propia de los países nórdicos.

Las bajas temperaturas también se dejaron notar durante el desfile de las comparsas. Los termómetros marcaban -2 grados minutos antes de que las carrozas echaran a andar, por lo que sus integrantes aprovechaban los instantes previos para calentar sus esqueletos ensayando algunos de los bailes que más tarde iban a representar. Los disfraces fueron variados. Los scouts de San Cristobal optaron por el gospel, los de Esperanza por las tribus indias y los integrantes del Hogar Extremeño por los piratas del Caribe.

La nota de humor la pusieron los miembros de la asociación afro-brasileña, que ajenos al frío, optaron por representar un carnaval propio de su país. "Tenemos hasta a nuestro Carlinhos Brown". Todos ellos dieron una muestra más de que en Vitoria se respira un auténtico espíritu carnavalero.