Araia. Las labores de limpieza que se han desarrollado en zonas limítrofes al área de El Ventorro, en una de las laderas de la N-I en su sentido hacia Irun, han dejado al descubierto una fea costumbre y un grado de suciedad que roza los límites permisibles. A la espera de ser retiradas, alrededor de medio centenar de botellas llenas de orina retratan el grado de civismo de sus dueños, transportistas principalmente. Tal circunstancia ha sido denunciada reiteradamente por los vecinos de la zona, hartos de tanta inmundicia. Foto: a.larretxi