vitoria. Cerca de 300 personas se movilizaron ayer por el centro de Vitoria en contra de la creación de la cárcel de Zaballa. La movilización, que partió de la Plaza San Antón y siguió por la Calle Francia para acabar en la plaza de Correos con silbatos y cánticos reivindicativos como banda sonora, contó con la presencia de ecologistas, políticos y miembros de colectivos de ayuda a los presos que respaldaron una pancarta en la que se podía leer Makroespetxeen aurka, ez Zaballa, ez Zubietan, ez inon (contra las macrocárceles, ni en Zaballa, ni en Zubieta, ni en ninguna parte).
Este proyecto acumula polémicas desde el mismo momento en que Instituciones Penitenciarias decidió construir una nueva prisión en el municipio de Iruña Oka con capacidad para 1.600 reclusos. Un modelo por el que la asociación de ayuda a los presos Salhaketa convocó ayer la movilización, en la que expresó no sólo su rechazo a este centro en particular, sino a todos las macrocárceles que no favorecen, a su juicio, los criterios de inserción que recoge la ley. "La construcción va viento en popa y con esto queremos que se vea la voluntad popular de que no sea así, porque esta infraestructura no responde a un modelo penitenciario acorde a lo marcado ni al medio ambiente", reivindicó Marta Aldanondo, miembro de la Plataforma en contra de la construcción de las macrocárceles y de Salhaketa.
Así las cosas, este colectivo ya ha anunciado en reiteradas ocasiones que este proyecto, que ya se encuentra bastante avanzado, puede llegar a albergar a más de 1.900 reclusos y convertir a la provincia en el territorio con más presos por habitante del Estado si, como anunció en su día Madrid, la apertura de esta prisión no implica necesariamente el cierre inmediato de Nanclares.
menos delitos, más presos De ser así, el municipio de Iruña Oka acumularía 2.350 presos por lo que, según aseguró en su día el portavoz de Salhaketa, César Manzanos, Álava pasaría a tener prácticamente 7,5 reclusos por cada 1.000 habitantes, en una zona que ahora registra apenas 2.287 habitantes. "Álava es el territorio con menos comisión de delitos, así que la cárcel no es necesaria. Además estamos convencidos de que Nanclares va a seguir en pie", explicó Aldanondo.
Otro de los puntos de rechazo que comentó esta portavoz de la movilización fue que la cárcel de Zaballa no contará con un módulo de maternidad ni para jóvenes, una antigua reivindicación de este colectivo. Y es que, según denuncian, actualmente ésta es una de las causas por las que muchas madres lactantes o con hijos menores de tres años a su cargo deben cumplir sus penas fuera del País Vasco.
Los manifestantes también expresaron su desacuerdo con el retraso que está teniendo la resolución definitiva de la justicia para la paralización de las obras. "La sentencia del Tribunal Supremo va a llegar cuando la cárcel ya esté hecha. Si es contraria a la construcción, se va a encontrar con los hechos consumados", lamentó.
Una realidad que tendría drásticas consecuencias para el ecosistema ya que, como señalaron, estos proyectos dejan una gran "huella destructiva" en la naturaleza. Y es que, a falta aún de que la justicia decida si las obras se deben detener hasta que no se realice la evaluación de impacto ambiental, los trabajos han continuado en la zona y voces ecologistas ya han declarado que el daño ecológico que se ha realizado en la zona será irrecuperable en ciertas especies arbustivas y en la nidificación de ciertas aves.