Vitoria. Gipuzkoa tendrá peajes en la N-I, pero Álava no. El Gabinete que dirige Xabier Agirre tiene claro que no cobrará a los ciudadanos por atravesar la carretera nacional a su paso por el territorio, si bien no quiere entrar en polémicas con el ente foral vecino. "No nos parece ni bien ni mal. Respetamos las competencias de la Diputación guipuzcoana sobre las carreteras de titularidad foral y nos parece lógico que se haya realizado esta reflexión sobre los peajes de la N-I", declararon ayer fuentes del Departamento alavés de Obras Públicas y Transportes. Un punto de vista que no comparte el responsable de movilidad del Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN), Luis Murgia: "La Diputación alavesa y el Gobierno de Navarra deben estar tirándose de los pelos ante semejante planteamiento", considera. Y su consideración acierta, pero sólo al 50%. Los portavoces del Ejecutivo navarro, que durante los últimos años han apostado por los peajes en sombra -una empresa privada construye y financia la autopista y la Administración paga el peaje de los vehículos que circulan por ella de modo que se financia con los impuestos-, han atacado abiertamente la aplicación "unilateral" de cobros en carreteras ya abiertas al tráfico que postula Gipuzkoa. Y puesto que cualquier ocasión es buena para lanzar críticas a la oposición, los portavoces del Gobierno navarro señaló, en referencia a NaBai, que "los mismos grupos políticos que tienen responsabilidad en Gipuzkoa, aquí son partidarios de todo lo contrario".
La Administración alavesa, por su parte, no critica, sino que comprende. Entiende "lógico" el debate que plantea la Diputación de Gipuzkoa no sobre el mantenimiento de los cobros en la A-8 -Bilbao-Behobia- y AP-1 -Eibar-Vitoria-, cuya continuidad se da por descontada, sino sobre la ampliación de los peajes a la N-I, Beasain-Durango y autovía de Navarra. En Álava, por el contrario, no se contempla la posibilidad de imponer tales medidas. "En Álava ni siquiera existe ningún punto claro en el que se pueda implantar", aseguraron fuentes forales.
Tapar el agujero Aunque el Gobierno foral de Gipuzkoa alude a los conceptos de seguridad vial y financiación de los elevados gastos de mantenimiento que genera esta carretera para defender su posición, la sensación del responsable de movilidad del RACVN es que "tienen un agujero económico importante y lo quieren tapar como siempre, es decir, penalizando a los conductores". Para Luis Murgia, los coches y los camiones han representado tradicionalmente el cajón del que la Administración echa mano cada vez que quiere cuadrar sus cuentas. Los impuestos directos -matriculación- o los indirectos -hidrocarburos- que genera la automoción, han supuesto siempre un aliviadero para la contabilidad pública.
"Se escudan en que Gipuzkoa es territorio de paso y en que hacer y mantener las carreteras en un territorio tan montañoso sale más caro. Además, alegan que existe una normativa europea que dice que, para 2012, los camiones de más de 3.500 kilos que circulen por los ejes transeuropeos tienen que pagar un peaje. Y es cierto que en Gipuzkoa está cruzada por varios de ellos, entre ellos la N-I o la A-15. Lo que no nos cuentan es que más del 50% del coste del carburante que compramos se va en impuestos y que Gipuzkoa ingresa una cantidad enorme de dinero por este concepto. Mucho más de lo que invierte en construcción y mantenimiento de su red viaria", revela Murgia.
El espíritu de la iniciativa europea es el de compensar el actual desequilibrio existente entre el transporte de mercancías en camión y el resto de las alternativas, fundamentalmente tren y barco. Los trailers le han ganado la partida a sus competidores, con todo lo bueno y malo que ello conlleva, y la Unión Europea aspira ahora a repartir las inversiones en materia de transportes de una forma más equitativa. Para ello, han pensado que los camiones pagarán peajes y que el dinero se invierta en otras infraestructuras.
"Pero aquí no hablamos de nada de eso. Hablamos de imponer un peaje para todos, no sólo para los camiones. Por un lado, plantean esto y por el otro sacan a relucir el tema del ecologismo y la contaminación para establecer que quién más contamina debe pagar más", explica.
Pero los datos no mienten y, según Murgia, la descompensación también se da entre ingresos vinculados a la automoción e inversiones en carreteras. De los impuestos recaudados en hidrocarburos, una parte va a parar al Estado y otra a la provincia donde se reposta. Teniendo en cuenta los datos de consumo de gasóleo A y gasolina de 2007 en Gipuzkoa, Murgia afirma que la Diputación ingresa 226 millones anuales, cantidad que se eleva hasta rondar los 250 millones si se le suma la recaudación por impuestos de circulación de camiones. Un dato chocante, ya que el responsable de movilidad del RACVN subraya que el presupuesto foral de 2009 para la construcción y mantenimiento de carreteras en Gipuzkoa fue de 164 millones.
La Administración guipuzcoana lamenta que, al tratarse de un territorio de paso, los vehículos -sobre todo los pesados- castigan más el firme de sus carreteras. Lo que obvia es la cara ventajosa, algo que Murgia se ocupa de recordar. "El gasoil es mucho más barato en Gipuzkoa que en Francia, por lo que todos los camioneros que llegan apuran sus depósitos y repostan nada más cruzar la frontera. Miles de camiones y cientos de litros cada uno. De regreso a Europa ocurre lo mismo. Cargan los tanques de gasoil en el último punto antes de cruzar la frontera, en Gipuzkoa, y emprenden luego la ruta. No hay más que echar un vistazo a las estaciones de servicio de la zona para comprobarlo. Y esos son muchos millones en impuestos para la Diputación", precisa.