Vitoria. Los efectos del pinchazo de la burbuja inmobiliaria son patentes. No sólo porque la actividad de promotoras y constructoras se ha ralentizado hasta el extremo, sino porque la bolsa de activos inmobiliarios sin vender ha crecido casi en la misma proporción que la magnitud del derrumbe de los citados sectores. En concreto, el número de viviendas nuevas sin vender que ha acumulado el sector de la construcción en el País Vasco durante el periodo 2005-2009 se ha situado en torno a las 21.000, según una estimación realizada por la Dirección de Economía y Planificación del Gobierno Vasco. Según el estudio, publicado en la revista del Gobierno Vasco Koiunturaz, la ralentización de la demanda de viviendas y el exceso de oferta han sido los elementos que han provocado esa acumulación en el volumen de construcción residencial.

El Ejecutivo explicó en el informe que en los años anteriores a 2005 la demanda de vivienda fue muy elevada y eso conllevó la absorción del parque existente hasta ese momento. Fue a partir de ese año cuando se produjo un "claro desajuste" entre la demanda y la oferta de viviendas, ya que las transacciones inmobiliarias descendieron a un ritmo importante mientras que la oferta de viviendas comenzó una desaceleración poco pronunciada.

De hecho, el año 2005 comenzó prácticamente sin viviendas nuevas sin vender, pero la cifra ha crecido año a año, y sólo en 2009 se han quedado unas 5.000 sin comprador, lo que ha elevado el parque total disponible a 21.000. Según el informe, "el gran interrogante es si la demanda volverá a elevarse y de esa forma igualar a la oferta para comenzar con la absorción del parque de viviendas actual".

El estudio ha concluido que la evolución de los precios inmobiliarios será un factor importante en la resolución de esta cuestión. Así, la recuperación del sector de la construcción dependerá de la velocidad con que se produzca este ajuste o, lo que es lo mismo, que se absorba el actual excedente de viviendas.