Vitoria. La sede corporativa de la Caja Vital, la nueva plaza de toros, la ciudad deportiva del Baskonia o el centro de interpretación de los humedales de Salburua. Eduardo Aguirre, junto a su socio Javier Mozas, ha sido el responsable de varios de los edificios más emblemáticos del paisaje urbano de la capital alavesa.
Un efectivo tándem que el vitoriano dejó apartado momentáneamente para embarcarse en un nuevo proyecto. El urbanista se presentó al certamen de jóvenes arquitectos Europan 10, liderando un grupo multidisciplinar que ha logrado traerse una mención especial del jurado debajo del brazo. "Te hace sentir orgulloso el hecho de que tengas algo que decir", afirma Aguirre.
¿Cómo surgió la idea de participar en el certamen de jóvenes arquitectos Europan 10?
Yo venía haciendo varios concursos con mi socio Javier Mozas. Actualmente, se está presentando mucha gente y es muy difícil obtener resultados, ya que veníamos obteniendo segundos y terceros puestos. Fue entonces cuando apareció Europan 10 para jóvenes arquitectos menores de cuarenta años y decidí hacer una limpieza mental y presentarme a este concurso. Hice un paréntesis y acudí con Maika Vivas, mi hermano Virgilio Aguirre, Olatz Iñigo, Aratz Herreros y Ainhoa del Río. Surgió un poco para desintoxicarnos de varios concursos.
¿En qué consiste el proyecto que presentasteis a este concurso internacional?
A Europan 10 cada país presenta unos emplazamientos para el concurso, en este caso en Portugal había tres y vi que Cascais estaba bien por su idiosincrasia y por los problemas que presentaba. Me pareció interesante y no dudé en ir a por él. Consta de dos partes, la autogestión y la estratificación. El proyecto estaba enclavado en una zona con alto valor medioambiental, por otra parte una autovía y luego un pequeño municipio que había que rehabilitar. Siendo la naturaleza lo que colonizara dicha urbanización. La autogestión fue con base en la rigidez del urbanismo. Ya que desde que se implanta un plan parcial o general hasta que se desarrolla, pueden pasar diez años y en ese tiempo puede haber muchos cambios. Para entonces, puede que ya haya quedado obsoleto.
¿Tuvisteis claro desde el primer momento el desarrollo de esta primera idea o barajasteis alguna más?
Surgió de forma clara. Una vez chequeamos los distintos emplazamientos, lo desarrollamos bastante rápido. No estuvo tan claro lo de la autogestión, pero la estratificación como estrategia para abordar una zona medioambiental creo que fue lo más acertado.
¿Por qué escogisteis la villa portuguesa de Cascais como enclave para el desarrollo de vuestro proyecto?
Cuando accedes a las bases, cada posible emplazamiento tiene una sinopsis, con su problemática y unas imágenes. En este caso, enseguida lo tuvimos claro.
¿Cómo se os ocurrió la denominación Self Estrato?
Aglutinaba las dos ideas: la autogestión y la estratificación. Una vez que fuimos trabajando en el proyecto pensamos en aglutinar en un lema la idea del proyecto y eso es lo que salió.
El premio principal se lo ha llevado un grupo de jóvenes arquitectos de Italia, pero vosotros habéis sido premiados con la mención especial del jurado, ¿qué ha supuesto este reconocimiento?
Es ante todo un reconocimiento importante para el trabajo que hemos realizado, porque está enfocado al acceso de los jóvenes al medio laboral que suele ser algo bastante difícil también en la arquitectura. En este caso, es un concurso muy teórico en el cual se ven las tendencias, algo que lo hace muy atractivo para nosotros. Es importante haber dado respuesta a eso y haber entrado en ese círculo y ambiente. Te hace sentir orgulloso que tengas algo que decir en el urbanismo actual.
¿Qué ha aportado cada uno de los integrantes del gabinete a este proyecto?
Somos un aparejador, un economista, un escritor y tres arquitectos, encargados del desarrollo gráfico del proyecto. En líneas generales, todos acabábamos debatiendo y aportando ideas, pero no podría cuantificar cuánto ha hecho exactamente cada uno.
Competíais con arquitectos de grandes ciudades del Estado como Madrid y Barcelona, ¿qué papel considera que desempeña Álava a nivel estatal?
Al final, en las dos grandes ciudades es donde se mueve todo el mundillo de la arquitectura. Nosotros que estamos en la periferia en ese sentido estamos un poco perdidos, pero no es que nos sintamos desplazados, porque al final nuestro trabajo se localiza aquí. Aun así, con Internet hoy en día estamos todos conectados.
¿Cómo calificaría el nivel de los jóvenes arquitectos que hay en la provincia?
Los jóvenes de la ciudad están prácticamente todos en estudios consolidados y trabajando para otros arquitectos, porque pocos estudios nuevos están logrando sacar la cabeza, aunque tengo que decir que los que lo están haciendo lo hacen bien. El mundo de la arquitectura es difícil. Es complicado el hecho de estar recién llegado y contactar con promotores y que confíen en ti.
¿Considera que, en la actualidad, se apuesta lo suficiente por ellos?
La Diputación Foral, por por poner un ejemplo, ha hecho algunos convenios para introducir a jóvenes con arquitectos de mayor edad en el mundo laboral.
¿Es posible competir con los arquitectos extranjeros?
Ésta es una moda que ha implantado Bilbao con una serie de arquitectos estrella, pero en Vitoria no es algo tan habitual.
Usted es responsable de muchos de los proyectos arquitectónicos más emblemáticos de Vitoria, si tuviera que escoger uno, ¿con cual se quedaría?
No me podría decantar por ninguno, porque cada uno es distinto. Al final no acabas sintiéndote orgulloso de lo que has hecho, porque piensas en lo que pudiera haber sido. Cuando visito algún edificio no veo más que fallos. Quizás es exigencia, pero es lo que siento. Aprecio más el trabajo de otros que el mío propio.
¿Qué valoración realiza del nivel urbanístico de la capital alavesa?
El urbanismo está fallando porque se están intentando modificar todos los planes para que haya más densidad en la ciudad. Nos hemos dado cuenta de que los barrios se están quedando sin vida y eso es porque el mecanismo del urbanismo es muy rígido. Lo que se había pensado para Salburua hace alrededor de diez años ahora se está quedando caduco, estamos viendo que no funciona. Se han convertido en barrios dormitorio. Las únicas zonas activas son las de juego, entonces algo está fallando. Aunque por la calidad de las edificaciones, Vitoria está mucho mejor que otras ciudades y eso se reconoce fuera de aquí.
¿Cual es su punto de vista sobre las nuevas zonas de expansión de la ciudad como Salburua y Zabalgana?
La arquitectura que proviene de la vivienda protegida construida viene de concursos de ideas a los que está claro que van los mejores proyectos. Esto se traduce en la calidad arquitectónica que no existe en otras zonas, pero los barrios están desangelados. En el barrio de Zabalgana hay calles con comercio, pero luego hay un vacío tremendo en el que no hay nada y Mariturri está perdido del mundo. Por tanto, tenemos que plantear que la ciudad crezca de un modo más acorde y más acompasado.
¿Considera excesiva la edificación que se está realizando del suelo en la ciudad?
En los últimos años, se ha desmadrado con el boom que respondía a los demandantes de VPO, pero Vitoria no podía seguir ese ritmo, de hecho es algo que ya se va parando. Habría que haberle echado el freno antes para que en estos años de crisis el planteamiento hubiera sido más acertado.
¿Creé en una posible expansión de la capital alavesa por las zonas del Sur?
La ciudad primero se tiene que completar, porque hay muchos vacíos, y cuando eso suceda habrá que aumentar las zonas de expansión que ya existen.
¿Qué opinión le merecen los proyectos estratégicos planteados para la ciudad como el futuro Palacio de Congresos o la estación intermodal de Arriaga?
Nuestro estudio se presentó al concurso para el Palacio de Congresos y viendo el programa que se ha querido implantar me parece excesivo. Personalmente, con la ubicación que había anteriormente en La Senda, algo más recogido para la ciudad, era suficiente, pero lo que se va a hacer me parece, más en los tiempos de crisis que estamos, ilógico. Y la intermodal la veo totalmente necesaria, no hay que perder ese tren, aunque los problemas que se están dando por la proximidad del parque de Arriaga es entendible porque es un valor de Vitoria que no podemos perder. Pero como proyecto estratégico lo veo fundamental, aunque el auditorio lo entendería de un modo más modesto, porque estamos compitiendo con ciudades que tienen el mismo programa.
Tras el soterramiento de la red ferroviaria de la ciudad, ¿que propondría para los terrenos liberados?
Del soterramiento se lleva hablando desde hace bastante tiempo, pero creo que todo el mundo coincide en que los viales para la zona sur no deberían ser una operación urbanística ni especulativa. El éxito de esta operación va a ser el cosido que se haga con lo ya existente, tramo a tramo y su entrelazado con la ciudad. Es un trabajo para analizar zona por zona.
¿Sigue siendo la vivienda uno de los mayores problemas de ciudad?
La vivienda pública no es como antes, que para que te tocara una pasaban años. Ahora, la oferta de VPO ha aumentado sensiblemente y lo que antes era un problema, ya no lo es. Vamos a llegar a un punto en que no van a existir más demandantes, porque en estos momentos con los sorteos los adjudicatarios comienzan a renunciar. Llegaremos a un tope en que toda esa demanda va a tener respuesta.