vitoria. El aumento de sin techo en el territorio ha llevado a que sean muchos los que hayan dado la voz de alarma. Los colectivos que trabajan a diario con transeúntes y grupos de exclusión social han advertido hace ya tiempo la saturación de los servicios existentes y por ello piensan en clave de futuro. El problema es que no corren los mejores tiempos para los emprendedores.

Así las cosas, desde estos colectivos se están intentando impulsar nuevos proyectos que den respuesta a la creciente demanda de los indefensos. De esta forma, algunas ONG y la parroquia de Santa María ya anunciaron en su día la intención de promocionar un comedor gratuito que atendiera a 300 personas que estos grupos consideraban no encontraban respuesta en el comedor de Desamparados debido a la saturación, entre otras causas. Un proyecto que más tarde se vio frenado ante la negativa del Ayuntamiento, que consideró que esa demanda podía cubrirse si era necesario creando un segundo turno en el ya existente.

No es la única idea. Una de las caras más conocidas del panorama social, Satur García, también busca financiación para construir un centro con capacidad para ocho indigentes, mientras que otras asociaciones acumulan iniciativas en la cartera y miran a las instituciones en busca de ayuda para sacarlas del cajón. Por su parte, Ayuntamiento, Diputación y Gobierno Vasco se rascan los bolsillos sin demasiado éxito en busca de alguna moneda que destinar a estas necesidades. La crisis toca a todos, también a las instituciones, y las recaudaciones no dan para más, argumentan. Otros opinan que la distribución de las arcas debería ser otra.