madrid. La Iglesia reclamó ayer los valores cristianos de la familia tradicional, ante la aceptación social de diversos modelos de familia, distintos al de hombre y mujer, el divorcio y el aborto, en la Misa de la Sagrada Familia celebrada en la plaza de Lima en Madrid.
El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, en su homilía, dijo que el modelo de la familia cristiana es el que responde fielmente a la voluntad de Dios y el que garantiza "el bien fundamental e insustituible" de la familia para sus propios miembros, la sociedad y la Iglesia, y la esperanza para el futuro.
Advirtió de que "ese otro lenguaje de los diversos modelos de familia que parece adueñarse, avasallador y sin réplica alguna de la mentalidad y de la cultura de nuestro tiempo, no responde a la verdad natural de la familia". Rouco Varela recordó la homilía del Papa anterior, Juan Pablo II, en 1982 en una Eucaristía también en la Plaza de Lima, y su rechazo a la anticoncepción y a la "gravísima violación del orden moral" cuando no se respeta la vida de los ya concebidos. También aludió a una encíclica de Benedicto XVI, que dice que los Estados están llamados a establecer políticas que promuevan la centralidad y la integración de la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, "célula primordial y vital de la sociedad".
poco "halagüeño" Señaló que el panorama que presenta la realidad de la familia en Europa "no es precisamente halagüeño", y defendió el derecho a la vida del niño, todavía en el vientre de su madre, que se ve "lamentablemente suplantado" en la conciencia moral de un sector cada vez más importante de la sociedad y en la legislación que la acompaña y la estimula, por un supuesto derecho al aborto en los primeros meses del embarazo.
La misa de familia, que conmemora la festividad de la Sagrada Familia, está organizada por el arzobispado de Madrid e impulsado por el Camino Neocatecumenal, cuyo fundador Kiko Argüello, saludó a los asistentes y cantó una canción a la Virgen desde el altar.
Miles de personas participaron en este tercer encuentro de las familias, que este año, por primera vez, contó con la asistencia de familias, principalmente neocatecumenales, llegadas de distintos países europeos, como Polonia, Italia, República Checa o la de Hungría, que siguieron la ceremonia religiosa.
Finalizada la eucaristía, Argüello anunció que traía un regalo, la presencia de los Reyes Magos, que llegaban desde Sevilla acompañados por bandas de la cofradía de Jesús de los Gitanos.