EL camino que lleva a Belén baja hasta el valle que la nieve cubrió, pero también hasta la ciudad que la lluvia empapó. Y, a pesar de ello, la gente no se amedrentó ayer y salió a las calles, paraguas en mano, para cumplir con una de las tradiciones más arraigadas en estas fechas, "porque una Navidad sin Belén no es una Navidad".

Así las cosas, hasta los pastorcillos de fuera de la capital alavesa quisieron ver a su rey y se animaron a hacer la peregrinación y cumplir con, al menos, parte del recorrido ampliado en esta edición en tres espacios más en Vitoria para llegar hasta los 17. "Está viniendo mucha gente a coger el folleto", reconocían en la oficina de Turismo y, poco después, Juan y María hacían de guías para el resto de la familia y amigos que les esperaban fuera panfletos en mano y debatiéndose entre visitar primero el centro o ir directamente al Belén de la Florida. Y por aquello de que "Hacia Belén va una burra", los chicos entre bromas apostaban por encaminarse al parque tras sus chicas, a lo que las féminas enseguida respondieron con un unísono "vamos al centro". Así las cosas, el conjunto tamaño natural quedó para más tarde. Rompon pon pon.

Es lo único que les faltaba cantar a Idoia, Maialen, Ainhoa y Eneko que, como la alegría de la Navidad hay que celebrar, se animaron a venir desde Donosti para pasear por el magnífico grupo escultórico en plena naturaleza. "Sabemos que ponen aquí un belén muy bonito y venimos desde hace 4 ó 5 años para verlo", comentaba la ama. "Lo que más les gusta es pasar por la cueva donde está el nacimiento. Y, aunque las niñas sólo tienen 4 y 5 años, se acuerdan del año pasado", afirmaba mientras sus hijas le apuntaban que les atraía todo.

Y con el tambor de su paso marcaban también el camino Enrique y su hija Leire que llegaban desde Araia para cumplir con lo que es una tradición familiar. "Yo vengo desde que soy pequeño y ahora venimos todos los años con los niños", reconocía Enrique haciendo escuela. "Es una cosa única, como muy de Vitoria y venir aquí y no ver el Belén es como no hacer nada", apuntillaba mientras lamentaba que no se pudieran hacer fotos ayer por el clima. "A mí lo que más me llama es un burro que hay donde los Reyes Magos en el que te puedes montar", comentaba la pequeña Leire convencida.

¿Y qué es eso? ¿La estrella que guía a los Reyes Magos? No, el ángel de la Anunciación que aparece y desaparece en el Belén de la iglesia de El Carmen ante la atenta mirada de Lucía y Xabier. Y no es que comunique que el conjunto celebra este año su 25 aniversario, sino la llegada del niño Jesús. "¡Mira, el ángel!", comentaba embelesado el niño a su abuelo Javier. Su hermana Lucía rápidamente centraba su mirada en la imagen que poco a poco volvía a esfumarse como por arte de magia. "Venimos todos los años a verlo, es casi una obligación. Está muy logrado y bien puesto. Además los nietos viven en Alicante y siempre que vienen les traigo", comentaba Javier.

campanas de belén Y parece que en esta ruta también se oyen campanas, así que habrá que asomarse a la ventana para ver al niño en la cuna. Así lo hacía la familia Urarte en el claustro de los Padres Carmelitas, donde la Asociación Belenista había desplegado sus mejores joyas. Desde un particular nacimiento fabricado con clics de Playmobil para los nostálgicos hasta conjuntos más elaborados. "Esto nos gusta a todos y es la disculpa para dar una vuelta en familia todos los años", comentaba Ramsés bien respaldado por sus hijos Kirian y Markel y los abuelos Félix y Juani. Un paseo que también suele tener parada en La Florida y, este año, intentos frustrados en Villasuso y la Casa del Cordón. Y antes de que se arme la marimorena, José Miguel Fernández y Mª Carmen Santamaría comprobaban que en los portales de Belén hay estrellas, sol y luna y recordaban así los primeros que ellos tuvieron. "En mis tiempos, mi hermano hizo con corcho el portal y las figuras las hacíamos con los recortables de papel o con barro. Ésos son los auténticos tesoros", apuntaba Mª Carmen que se reconocía admiradora del conjunto de la iglesia que lleva su nombre. Su marido, sin embargo, reconocía una debilidad por el de San Pedro, también incluido en la ruta de los belenes. " Es mi parroquia y tiene unas dimensiones muy grandes. Además está muy trabajado", explicaba.

¿Pero qué hora es? Arre burro arre que llegamos tarde. Y es que la provincia también un sinfín de belenes que visitar. Alrededor de una treintena que incluye los vivientes de Sarria, Pipaón, Labastida, Víllodas y Samaniego. En definitiva, que ya vienen los Reyes con el aguinaldo. Aunque para los que no se han portado muy bien, todavía quedan unos últimos días para resarcirse. Rompon pon pon.