Vitoria. Los casos de violencia contra las mujeres que a diario llenan las páginas de sucesos de los diarios no son sino la punta del iceberg de un fenómeno soterrado. La directora de Emakunde, María Silvestre, afirmó ayer en el Parlamento Vasco que sólo un 5% de los episodios de maltrato contra las mujeres que se producen en Euskadi se denuncian, lo que deja sobre la mesa un dato ciertamente preocupante. El año pasado hubo en Euskadi 3.979 atestados policiales, con lo que la cifra real de la violencia de género podría elevarse hasta los 80.000 casos anuales.

Por ello, la máxima responsable de Emakunde reclamó a Osakidetza que forme a sus profesionales para detectar los posibles malos tratos, al margen de que la mujer admita o no ser una víctima, y los incluya en los historiales clínicos, de tal forma que se le pueda prestar una atención psicológico sanitaria al efecto y, no menos importante, puedan ser presentados como prueba en un eventual juicio.

En ese sentido, Silvestre apostó por dar acceso a esos historiales al Instituto Vasco de Medicina Legal, "en aquellas ocasiones en que la mujer aluda a agresiones anteriores en las que fue necesaria una intervención sanitaria pero que no derivaron en denuncia, dado que puede ayudar a demostrar durante un proceso judicial la habitualidad del maltrato padecido".

Para ello será imprescindible formar de forma específica tanto a los estudiantes universitarios de Medicina o Enfermería como a los propios profesionales, que en un muy elevado porcentaje desconocen el Protocolo sanitario ante el maltrato en el ámbito doméstico contra las mujeres aprobado en septiembre de 2008. Así, Silvestre planteó la elaboración de guías específicas para la atención primaria, los servicios de urgencias, la atención especializada y la salud mental, otro de los ámbitos que consideró fundamentales en la lucha contra la violencia de género.

De hecho, y aunque son pocas las mujeres que demandan atención psicológica por ser víctimas de maltrato, más de tres cuartas partes de ellas sufren depresión leve o ansiedad, una de cada tres está gravemente deprimida, y el riesgo de suicidio que presentan es cuatro veces mayor que entre la población general. Por ello, Silvestre planteó la creación de unidades de referencia en salud mental de las mujeres maltratadas en la red sanitaria vasca.

Según la directora de Emakunde "en el sistema sanitario vasco aún no se ha extendido la conceptualización de la violencia contra la mujer como un factor de riesgo para la salud o un problema de salud pública". Y ello a pesar de que la actividad institucional para luchar contra este problema crece a un promedio anual del 15% en Álava, del 3% en Bizkaia y del 5% en Gipuzkoa.

Silvestre compareció ante la Comisión de Políticas Sociales, Trabajo e Igualdad para exponer estas cuestiones y para responder ante la preocupación del PNV por la duplicidad de funciones con Emakunde que, a su juicio, va a suponer la creación de la Dirección de Atención a las Víctimas de Violencia de Género, que depende del Departamento de Interior y no del propio Instituto Vasco de la Mujer.

"No creo que sea necesaria una atribución de competencias que encajone a la institución", señaló la directora de un organismo que "trabaja muchos aspectos como para que se quede sin funciones porque se cree una nueva Dirección en Interior".