vitoria. Tras unos primeros años en los que los homosexuales fueron estigmatizados como los principales transmisores del virus del VIH, la comunidad gay se puso las pilas e hizo de la lucha contra el sida uno de sus principales caballos de batalla. Los resultados no tardaron en llegar, pero la cronificación de la enfermedad y el relajo que toda la población en general muestra ante la epidemia desde que ha dejado de ser una patología necesariamente mortal ha arrojado "datos muy preocupantes" en Euskadi.

Así lo explicó ayer en el Parlamento Vasco el presidente de la Comisión Antisida de Álava, Miguel Ángel Ruiz, quien alertó de que el 10% de los homosexuales de la CAV son portadores del virus. Por ello, la Comisión se ha dirigido a las asociaciones de gays para pedirles que "retomen la bandera del VIH", pese a que "son muy reticentes a que se les vincule" con el virus por culpa de los precedentes de los años ochenta, cuando los entonces llamados grupos de riesgo escondieron la verdadera esencia del VIH, su condición de enfermedad de transmisión sexual.

Los datos de 2008 lo demuestran. Más de la mitad de los contagios se producen entre heterosexuales y sólo un 9% de los infectados son consumidores de drogas por vía parenteral. Sin embargo, todavía el 31,2% de las transmisiones se producen entre gays o bisexuales, y el 8,5% que "no sabe o no contesta" ha mantenido en su mayor parte, según Ruiz, relaciones homosexuales. En cuanto al repunte general de los contagios en la CAV, el presidente de la Comisión lo consideró acorde con la reaparición de enfermedades como la sífilis o la gonorrea, fruto de una menor conciencia sobre la salud sexual en la población.