vitoria. La peor época de la crisis no se ha traducido, como se temía, en un repunte exagerado de la intolerancia a la extranjería. Ésta es la principal conclusión que extrae el Observatorio Vasco de Inmigración, Ikuspegi, con los datos manejados en Euskadi y el Estado hasta mediados de 2009. "Aunque la población vasca ha endurecido ligeramente su opinión ante la población extranjera, ni sus percepciones ni sus valoraciones han variado sustancialmente en la práctica, a pesar de movernos en un contexto de recesión", explica la entidad en uno de sus últimos boletines.

Una de las principales lecturas que Ikuspegi hace de las estadísticas manejadas es que se confirma que hay una mayor tolerancia hacia los inmigrantes en determinados perfiles de ciudadanos. Los más abiertos, así, serían los hombres, de 16 a 44 años, con estudios universitarios, agnósticos y más bien vinculados a movimientos de izquierdas.

El País Vasco acoge en la actualidad a 2,17 millones de personas, de las que 2,03 son nacionales y apenas 132.189, extranjeros. La población inmigrante ha crecido de forma espectacular en la última década, ya que en 1998 apenas eran 15.198 los residentes en la CAV, pero Euskadi se mantiene como una de las autonomías con menor tasa de inmigración: un 6,1%.

Casi la mitad de los inmigrantes que viven en Euskadi son latinoamericanos, un 27% comunitarios, un 13% del Magreb y apenas un 6% del África subsahariana. La asociación de residentes afroamericanos precisamente continuó celebrando ayer -con cuentos, baile o gastronomía- en el centro cívico Aldabe de Vitoria la XIV semana intercultural, que se desarrolla bajo el lema Un mundo de colores. Cada vez más.