BILBAO. En su intervención tras haber sido investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Deusto, Jon Sobrino ha dedicado la distinción recibida a sus seis compañeros de la Universidad Centroamericana (UCA), entre quienes se encontraba su rector Ignacio Ellacuría, y que junto a dos mujeres fueron asesinados en 1989 por militares salvadoreños.
Esos asesinatos evidencian, en el Día en que se Conmemora la Declaración Universal de los Derechos Humanos, "la expresión de un mundo inhumano", ha denunciado Sobrino.
Los seis jesuitas "fueron asesinados precisamente por defender a los pueblos crucificados" y demandar para ellos justicia, y las dos mujeres que perdieron la vida junto a ellos, representaban "la inocencia de quienes no han hecho nada para merecer la muerte", ha reflexionado.
Por ello, Sobrino ha reivindicado a aquellas dos mujeres como la personificación de la violación más radical de los derechos humanos, que "reproducen la pasión de Cristo".
Sobrino ha denunciado que "entre los victimarios que ordenaron aquellas ejecuciones había cristianos y demócratas" por lo que ha dicho que "ojalá la Iglesia y las democracias se desvivieran por dar dignidad a las mayorías que han cargado con la Cruz, como hizo Cristo".
Así, ha reivindicado, "la utopía de la civilización de la pobreza" que argumentó su compañero Ellacuría, para "tratar de superar la actual civilización de la riqueza", en la cual está "la raíz de la injusticia de este mundo, basada en la acumulación del capital".
"Una civilización del egoísmo" exportada "de la tradición de Estados Unidos" y que Sobrino ha rechazado apelando a la "satisfacción universal de las necesidades básicas como principio del desarrollo y del crecimiento de la solidaridad compartida".
Ha advertido además de la falacia del uso "subliminal" del término "globalización empleado desde Estados Unidos" para definir un proceso mundial aparentemente equidistante, "cuando en realidad esa equidistancia no existe porque el mundo se divide en opresores y oprimidos".
El teólogo vasco se ha preguntado quién defiende hoy en día a esos millones de pobres anónimos de todo el planeta y "quién se arriesga a bajarlos de su Cruz", para ponerse en frente de los países y las personas más poderosas.
Jon Sobrino nació en Barcelona durante la Guerra Civil, si bien pronto se trasladó a vivir a Bilbao donde creció e ingresó como novicio en la Compañía de Jesús.
En 1957 fue trasladado a El Salvador y, tras estudiar Filosofía, Maestría en Ingeniaría Civil y Teología en prestigiosas universidades de Estados Unidos y Alemania, ha ejercido su labor en Latinoamérica hasta la fecha.
Colaborador de monseñor Romero hasta su asesinato, trató de mantener viva su voz, y así ha sido un gran impulsor de la Teología de la Liberación en su ingente obra en la que acumula más de treinta libros, cientos de artículos y conferencias en las que los pobres y los desfavorecidos han sido siempre sus protagonistas.