vitoria. La crisis ha provocado un repunte de pisos patera en la capital alavesa. Este tipo de viviendas, ocupadas por un gran número de inmigrantes con escasas posibilidades económicas, son un recurso cada vez más demandado por la población extranjera, que se ha visto afectada también por los altos niveles de paro.
Así, según ha constatado SOS Racismo, las casas compartidas por seis, ocho o más personas empiezan a proliferar en la capital alavesa, y no sólo en el Casco Viejo, Zaramaga o Sansomendi, donde el peso de los inmigrantes se duplica en comparación con otras zonas de la ciudad. También en las calles más céntricas como General Álava, Paz o Postas hay residencias de este tipo.
El perfil del que opta por vivir en este tipo de casas es el de un hombre joven, sin papeles y sin recursos económicos, que busca agruparse con personas en su misma situación para sobrevivir a las dificultades. Proceden de sitios dispares como China, Paquistán, Argelia o Marruecos.
La proliferación de pisos patera no es un fenómeno aislado en Vitoria. En otras ciudades del Estado también se han encontrado con esta misma situación. En Barcelona, por ejemplo, los hogares con nueve o más inquilinos han crecido un 19%. En Madrid y en Bilbao también se ha detectado un importante repunte en este tipo de viviendas.
En todos estos lugares, los inmigrantes encuentran acomodo como pueden; hacinados en pisos cuyos dueños arriendan habitaciones, camas o colchones a precios abusivos. Es por ello que el fenómeno corre el peligro de convertirse en un negocio del que algunos se quieren aprovechar a costa de la desgracia de unos pocos.
Así, no resulta extraño que se pidan hasta 200 euros por persona por compartir una misma habitación con otros cuatro. Mil euros por quince metros cuadrados. Una cantidad que, por lo general, no se declara, ya que estas moradas no suelen tener licencia fiscal como casa de huéspedes u hostales.
discriminación Sin embargo, cabría preguntarse qué otros motivos, a parte de la crisis económica y de los precios abusivos del parque de viviendas de alquiler, impulsan a los inmigrantes a acabar en una situación así de hacinamiento. Un informe elaborado por SOS Racismo pone de relieve otro de los grandes problemas que impide a este colectivo encontrar una vivienda digna, como es la discriminación.
La asociación, cuyo campo de estudio se ha centrado en el territorio de Bizkaia, destaca cómo en los tres meses de seguimiento de ofertas de alquiler de pisos se han encontrado 19 anuncios con un claro componente "racista", con frases del tipo "abstenerse extranjeros", "extranjeros no" o "sólo nacionales". Tras realizar una simulación de búsqueda de piso con particulares, el 64% de los propietarios contactados alquilaba a la persona autóctona, pero no a la extranjera. Además, el 50% de las inmobiliarias no ofertaba ningún piso a un inmigrante pese a disponer de ellos.
Desde SOS Racismo insisten en que la discriminación no es un rasgo exclusivo de la oferta privada. También aprecian injusticias en las condiciones impuestas para el acceso a Etxebide, que gestiona las VPO. "La petición del empadronamiento con una antigüedad determinada, junto con la necesidad de demostrar los ingresos económicos según los parámetros determinados, hace que una parte importante de población extranjera quede excluida de la posibilidad de acceder a las viviendas sociales", recuerda el colectivo en su informe.
Estos obstáculos favorecen la aparición de pisos patera. Es decir, se dan concentraciones de alojamientos de personas inmigrantes en determinadas zonas de la ciudad, entre otros factores, porque es donde ya hay personas inmigrantes viviendo, y porque son esas personas las que en mayor medida están dispuestas a alquilar a otros en su misma situación, explican desde SOS Racismo.