Vitoria. El modo de vida que impone la sociedad, la necesidad de trabajar cuantas más horas mejor para mantener a la familia y la época de cambio e introspección que en buena parte viven todas las personas durante su adolescencia han abierto una brecha entre muchos padres e hijos de la CAV. Las parejas viven para ellos, pero sin ellos, o así al menos lo consideran el 10,5% de los jóvenes vascos de entre 13 y 17 años, según la encuesta realizada por el Ararteko en el marco del informe sobre Transmisión de Valores a Menores que Íñigo Lamarca presentó ayer en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco.

Según la encuesta realizada entre 1.829 escolares, que ya fue presentada en su día en la Cámara, el citado 10,5% de los jóvenes siente que "los padres y madres están tan ocupados que olvidan dónde están sus hijos y lo que hacen". Acompañado de este dato llega el 58,7% de adolescentes que pasa mucho tiempo a solas en casa, mientras sus padres están en el trabajo.

Por todo ello, el Ararteko afirma sin tapujos que existen en Euskadi familias que "no cumplen con su función educadora", cuando se trata del agente transmisor de valores por excelencia, como prueba el hecho de que los niños y niñas de 7 a 10 años de edad ya expresen conductas machistas. Efectivamente, los menores consultados califican como roles masculinos el arreglar el televisor (91,5%), cambiar una bombilla (84%) o colgar un cuadro (65,5%), mientras que atribuyen a la mujer el planchado de la ropa (85,2%), limpiar el suelo (66,9%), cocinar (62,5%), hacer la compra (53%) o lavar los platos (52,9%).

En el informe se asegura que estos datos "responden, casi con certeza absoluta, a lo que se produce y observan en sus hogares". Ya a partir de los diez años, la tendencia se acentúa, pues un nada desdeñable 19% de los chicos cree que en una relación de pareja es el hombre quien decide y la mujer quien debe obedecer. Un 10,8% de las chicas está de acuerdo con esta afirmación.