Dicen que nunca llueve a gusto de todos. ¿Sea cual fuera el proyecto que hubiera presentado las críticas estaban aseguradas?

Siempre tienes parte de la oposición que cuestiona este documento. Lo que cambia con respecto a otros años es la situación de crisis en la que nos encontramos. Lo razonable sería que el texto de Cuentas, que va a ser el que marque la política presupuestaria del año que viene, cuente con el mayor respaldo posible de la Cámara. Eso es lo que debería de ser. Ahora, cada uno es responsable de sus decisiones. Lo que está claro es que tenemos un pacto que asegura que el proyecto saldrá y que es el Presupuesto que entendemos que es el mejor para atender a los alaveses en una coyuntura difícil. Es el mejor porque no sólo apunta al gasto, sino también a los ingresos al contener políticas fiscales importantes.

Precisamente éstas han sido de las más criticadas porque algunos grupos dicen que no recaudan todo lo que debieran. ¿Siendo diputado de Hacienda duele especialmente?

Hay dos visiones. Una plantea que haya un incremento de los impuestos frente a otra, que propone una rebaja. Cuando el Departamento de Hacienda presentó su presupuesto ningún grupo juntero planteó ni una sola cuestión relativa a la reforma fiscal. Nosotros lo que tenemos que conseguir es una que tenga el mayor consenso y estabilidad. A lo largo de esta legislatura hemos tomado medidas para atenuar lo que en un principio fue una deceleración. Hay un conjunto de iniciativas que incrementan la recaudación en aquellas rentas más altas manteniendo la presión fiscal en las más bajas e incluso posibilitando que tengan disposiciones que las favorezcan.

¿Qué esperas del debate?

Cada uno va a marcar su posición. El debate que propongan los que se enfrentarán frontalmente al Presupuesto será político, pero no mirando a los ciudadanos que ahora necesitan que haya una herramienta que posibilite que el ejercicio 2010 sea el inicio de la salida de la crisis.

Se ha recurrido a la deuda para sostener estas Cuentas. ¿Ha tocado techo la capacidad de endeudamiento del Ejecutivo foral?

La Diputación ha tenido que apelar al endeudamiento porque la Administración pública está siendo, en estos momentos, un agente activo en el mercado. Estamos manteniendo uno niveles de gasto e inversión que intentan mitigar la situación que vivimos. Somos el único componente positivo en la caída del PIB alavés. Por eso hemos tenido que seguir apelando al endeudamiento y porque, además, es el elemento que financia una parte de las inversiones. En concreto, el 48% de las realizadas en Álava para el 2010 va a estar financiado con la deuda. Hay recorrido todavía para seguir. No estamos agotados. Lo que pasa es que no se pueden mantener los mismos ritmos de apelación a la deuda en ejercicios futuros. Lo razonable será que, si estabilizamos la economía y empieza a tener un comportamiento normal, el recurso a la deuda de las administraciones públicas se reduzca porque el mercado ya las sustituirá y entraremos en cifras más razonables. De todas formas, hubiese sido posible tener más capacidad de endeudamiento si el gobierno del PP no hubiese apelado a la deuda en los años en los que la coyuntura económica fue muy buena y con crecimiento. Porque, en estos momentos, sí hay una justificación para hacerlo, entonces no.

Con un poco más de dinero, ¿en qué hubiera hecho más incidencia?

Hemos pivotado sobre varias cuestiones al hacer el Presupuesto con un importe inferior al año anterior. Las prioridades han sido las políticas sociales. Que los sectores más desfavorecidos no sufran ni un euro de merma en la atención que destina la Diputación. Tampoco hemos menoscabado los recursos de Mayores y dependientes. Por otro lado, en I+D+i y en cursos de formación mantenemos la apuesta. Hemos tenido que dar un ligero recorte en las inversiones, pero hay suficientes para tener todos los proyectos planificados. Incluso hay dotaciones económicas por importe de 320 millones de cara a ejercicios futuros que van a posibilitar que se puedan realizar esas iniciativas. Quizás no tan rápido como nos hubiese gustado, pero se van a llevar cabo porque vamos a sentar las bases. Además, hemos hecho un ejercicio de contención del 7,6% del gasto corriente.

¿Considera un fracaso no haber obtenido el apoyo de Aralar?

Lamento profundamente que el tripartito se haya roto, pero no ha sido porque los otros dos partidos lo hayamos propiciado. Ha sido una decisión de Aralar por discrepancias, según dicen, en política fiscal. Nosotros hemos hecho un ejercicio de realismo. Hay un Presupuesto en el que debe que gestionar menos recursos, pero tiene que ser serio y acorde a la situación en la que nos encontramos. Con un ajuste importante en todos los departamentos. Con una política fiscal que toma parte de los discursos de Aralar en materia fiscal y sube la presión fiscal a las rentas más altas como la tributación que van a hacer las sociedades patrimoniales como las SICAP. Así, el plantearse no apoyar un Presupuesto difícilmente puede hacernos pensar que ese partido iba a colaborar de una forma clara y en defensa de los alaveses.

Uno de los problemas de 2009 fue que no se dimensionó bien la repercusión de la crisis en la recaudación. ¿Se ha hecho un cálculo más ajustado esta vez?

Empezamos con una desaceleración con indicios de que la economía iba a sufrir, pero nadie ha podido prever la afección real. Hemos tenido una recaudación del 14% menos y eso se plasma en el Presupuesto. Razonablemente, a lo largo de 2010, no tendríamos que ver una situación tan poco habitual como la de la caída. Nunca ha existido una tan importante como la de 2009. Pero no sólo en la Diputación de Álava sino en el Estado y otros países.

La mayoría de los alaveses piensa más que en las Cuentas, en si 2010 será el año del fin de la crisis.

Los indicadores apuntan a que la parte más dura de la caída de la economía se ha producido ya, indican que ya hemos dejado de caer. Esto no significa que no se siga produciendo una situación difícil en los siguientes meses. El 2010 tiene que ser el año que posibilite que nuestra economía exportadora aproveche la oportunidad de encontrar hueco en los mercados que empiezan a repuntar. Si es así, veremos una estabilización, que no quiere decir que vayamos a crecer como antes. Pero esperemos que nos prepare para ligeros crecimientos en 2011 y 2012. Lo peor ha podido pasar, pero todavía estamos en una situación difícil.

¿Se guarda algún as en la manga por si surgen imprevistos?

Doce meses parecen largos, pero son cortos al final. En este momento, no podemos ni guardarnos ases ni retirar recursos para poner al servicio de los alaveses. Hemos hecho un esfuerzo para dar la máxima rentabilidad a los recursos que tenemos. Al final, no hay ni conejos en la chistera, ni ases en la manga. Todo lo que está en el proyecto de Presupuestos es lo que entendemos que se va a poder disponer a lo largo de 2010.

Los colectivos sociales no entienden que no haya más inversión en políticas sociales y se den a macroproyectos como la Intermodal, el auditorio o el Buesa Arena.

Las políticas sociales se mantienen y hay que pedirle a la sociedad que arrime el hombro. Los colectivos que se relacionan con la Diputación deben entender que hemos hecho un ajuste y seguimos trabajando. Las inversiones vistas una a una puede parecer que no proceden, pero generan una actividad económica importante y sientan las bases para la proyección del territorio o motor de generación de empleo de cara a futuro. Por ejemplo, la adaptación de las Brígidas posibilitará toda la prestación social de forma más cómoda para los ciudadanos y nos ahorrará mucho dinero porque ahora damos este servicio desde tres puntos distintos con costes más elevados. En el momento en el que se hacen, generan una actividad económica y empleo y, a futuro, también lo van a hacer. Eso es lo que importa.