“Las nuevas tecnologías presentan interesantes beneficios pero también riesgos que deben ser gestionados cuidadosamente”

Esther Enales, directora de Gestión Cliente, y Josep Reverté, responsable de Procesos e Innovación de IMQ Prevención, analizan el uso de las nuevas tecnologías y los protocolos de actuación de cara a garantizar una buena salud y bienestar de las personas trabajadoras.

El lema del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo es este año Revolucionar la salud y la seguridad: El papel de la IA y la digitalización en el trabajo. ¿Entraña riesgos importantes el uso de nuevas tecnologías de este tipo?

El uso responsable y ético de la inteligencia artificial (IA) y la digitalización puede generar muchas oportunidades para mejorar la seguridad y salud en el trabajo. Por ejemplo, en el ámbito de la medicina, apoyando a los radiólogos en el análisis de imágenes con mayor precisión, mejorando los procesos para identificar y evaluar los riesgos específicos de cada puesto de trabajo, proporcionando información inmediata y facilitando la implementación de medidas preventivas y correctivas. Sin embargo, la IA también puede convertirse en un nuevo riesgo emergente. La vigilancia excesiva, la dependencia tecnológica y los posibles sesgos en los algoritmos son algunos de los desafíos que deben abordarse para asegurar un entorno laboral seguro y saludable.

En relación con el citado eslogan salen a la palestra avances como el aprendizaje automático, los exoesqueletos o los robots. ¿Cuál está siendo el impacto en la salud laboral?

Estas tecnologías presentan interesantes beneficios, mejoran la seguridad y salud en el trabajo, pero también presentan nuevos riesgos que deben ser gestionados cuidadosamente. El aprendizaje automático permite la predicción y prevención de riesgos laborales mediante el análisis de grandes volúmenes de datos. Los exoesqueletos asisten el movimiento del usuario, reduciendo la carga física y previenen trastornos musculoesqueléticos, mejorando la ergonomía y la productividad. La robótica permite asumir tareas repetitivas y peligrosas, lo que mejora la seguridad y eficiencia en el trabajo. Los robots colaborativos (Cobots) evitan situaciones peligrosas y mejoran la calidad del trabajo. Sin embargo, también presentan desafíos como la necesidad de formación continua, dependencia tecnológica, además de riesgos de privacidad de datos y ciberseguridad.

¿Qué consecuencias tienen las nuevas prácticas laborales (teletrabajo, automatización de tareas, sistemas digitales inteligentes... ) y cómo las detectan?

Tienen un impacto significativo en la salud mental y física de los empleados. Las consecuencias se detectan mediante evaluaciones de riesgos, encuestas de satisfacción y monitoreo continuo, y se gestionan con protocolos que incluyen formación continua, políticas de privacidad, supervisión de algoritmos y apoyo psicológico.

Las nuevas tecnologías han dado lugar a nuevos tipos de trabajo, en plataformas digitales y, sobre todo a raíz de la pandemia, en remoto/híbrido/teletrabajo, etc. ¿Qué riesgos se derivan de ello?

Es difícil establecer una relación causa-efecto clara, pero sabemos que existen riesgos en la medida que con el teletrabajo y la flexibilidad horaria se puede desdibujar la línea que separa el ámbito laboral del personal y familiar y con ello, aumentar la fatiga y el estrés. La Ley del Trabajo a Distancia protege en este sentido a las personas trabajadoras garantizando el derecho a la desconexión digital.

¿Cómo se detectan los riesgos del teletrabajo?

Mediante evaluaciones de riesgos, ya sea con visitas al domicilio del trabajador o mediante checklists. Además, existen mecanismos que las empresas deben poner en marcha para detectar estas situaciones: reconocimientos médicos laborales periódicos, evaluaciones de riesgos psicosociales y reuniones de supervisión donde pueden salir a relucir situaciones de riesgo para las personas.

La transformación digital del trabajo debería apoyar entornos de trabajo seguros y saludables. ¿Cómo responden a este desafío desde IMQ Prevención?

Nuestra labor como servicio de prevención ajeno es asesorar a las empresas, así como ayudarles a poner en marcha los protocolos específicos como puede ser el de Desconexión Digital en el que se abordan aspectos relacionados con los tiempos de trabajo y descanso; proporcionar a las personas trabajadoras formación en técnicas de desconexión digital y en la planificación del tiempo de trabajo; y diseño de sistemas internos para evitar que salgan o entren correos a partir de determinada hora. De tal forma que podamos poner o aprendamos a poner límites y a cuidar de nuestra salud mental. Es importante recordar que nuestro valor no se mide solo por lo que producimos, sino también por nuestra capacidad de disfrutar, crear y conectar con nosotros mismos/as y con los demás.

¿Qué beneficios aporta al trabajador la desconexión digital?

Se considera desconexión digital a la limitación al uso de las tecnologías de comunicación fuera del tiempo de trabajo, con el fin de garantizar el respeto del tiempo de descanso, permisos, vacaciones o bajas por enfermedad. Este derecho está respaldado por el artículo 18 de la Ley 10/2021 de Trabajo a Distancia y el artículo 88 de la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales. Sus beneficios son múltiples para las personas y para las empresas. Contribuye a una mayor calidad de vida, mejor salud mental y la mejora de la conciliación entre la vida laboral y personal. Esto beneficia a los empleados al reducir el estrés y la fatiga informática, y a las empresas al mejorar el rendimiento, reducir el absentismo y favorecer la retención del talento.

El acoso laboral sigue siendo un asunto candente en las empresas. ¿En qué consiste el protocolo que ponen en marcha para manejarlo?

El protocolo de acoso laboral es un documento que ayuda a las empresas a gestionar internamente todo tipo de violencia en el ámbito laboral: situaciones de conflicto, de acoso laboral, del acoso sexual, por razón de sexo, y al acoso que puedan sufrir las personas del colectivo LGTBI. En él, las empresas ponen de manifiesto su tolerancia cero a este tipo de actuaciones. Es fundamental sensibilizar a toda la plantilla, para que comprendan los conceptos y sepan cómo actuar. Además, se debe formar a las personas que integran la Comisión encargada de analizar e investigar cada una de las situaciones que se denuncien.

Existen también protocolos de acogida tras una baja laboral prolongada por motivos psicosociales. ¿Qué beneficios reportan al personal trabajador?

Tratan de establecer el marco laboral en el que las personas que han estado de baja más de tres meses se van a incorporar al trabajo. Incluyen fases como la comunicación inicial, preparación para la reincorporación y seguimiento posterior, con evaluaciones del estado físico y psicológico del trabajador. Estos protocolos facilitan la adaptación de las personas trabajadoras, mejoran su salud mental y física, y aseguran una reincorporación gradual y segura. Además, ayudan a reducir el absentismo y a aumentar la productividad, creando un entorno laboral más inclusivo y saludable.

¿Qué proyectos tiene entre manos IMQ Prevención?

Hemos implantado el uso de la realidad virtual para ofrecer programas de formación interactivos y simulaciones de situaciones de emergencia. Por otro lado, estamos trabajando en poner en marcha proyectos tecnológicos que ayuden al desempeño profesional de nuestros profesionales del área técnica y de salud laboral.