El jamón serrano es uno de los embutidos más consumidos en todo tipo de comidas. Tiene muchos siglos de historia, convirtiéndose en un elemento más de la cultura culinaria que no falta en celebraciones y fechas especiales. No obstante, existen dudas respecto a si su consumo es o no lo suficientemente saludable. 

Hablamos de la parte blanca del jamón serrano, el cual despierta algunas dudas. Mientras hay quienes apoyan su ingesta, también existen quienes lo desaconsejan. Para entender el por qué, vamos a analizar las causas. 

Propiedades nutricionales del jamón serrano

El jamón serrano se distingue no solo por su sabor único, sino también por sus propiedades nutricionales. Este alimento es rico en proteínas de alto valor biológico, claves para el crecimiento y reparación de tejidos. 

Además, contiene minerales como el hierro, el calcio y el zinc, nutrientes fundamentales para la salud. Sin embargo,no hay que descuidar el contenido de sodio y grasas en ciertas partes del fiambre, lo que requiere un consumo consciente.

Un cortador profesional extrae jamón de una paleta. Javier Sánchez Mingorance

Comer la parte blanca: ¿sí o no?

Una de las cuestiones más debatidas en torno al jamón serrano es la conveniencia de consumir la parte blanca, que en su mayoría consiste en grasa. Según los expertos, la decisión de incluirla en nuestra dieta debería basarse en las preferencias personales. 

Es más, dicha grasa es la responsable del aroma y el sabor característicos del jamón, y su calidad depende de factores como la raza del cerdo, su alimentación y la edad del animal al momento de su sacrificio.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la ingesta de este alimento debe ser en todo momento moderada, y más cuando forma parte de una dieta sana y equilibrada. 

El jamón serrano y la salud

Los especialistas también señalan que, a pesar de ser un alimento procesado, el jamón serrano no es intrínsecamente dañino. La adición de sal durante su proceso de curación y la posible presencia de aditivos conservantes son aspectos a tener en cuenta.

Pese a esto, no hacen que este embutido sea comparable a los alimentos ultraprocesados que abundan en el mercado, como la bollería industrial o ciertos snacks, que suelen tener un escaso valor nutricional y pueden contribuir a problemas de salud

Por tanto, la clave está en balancear el consumo de jamón serrano con otros alimentos esenciales, como frutas, verduras y legumbres.

Moderación: la clave del éxito

En última instancia,  el jamón serrano debe ser consumido con moderación. Aunque puede ser una delicia en nuestra dieta, no debe convertirse en el protagonista absoluto. La variedad es fundamental para mantener una nutrición adecuada y equilibrada.

La tradición del jamón serrano es un legado cultural que debemos preservar, pero es igualmente importante educarnos sobre sus propiedades y cómo integrarlo en nuestra alimentación de forma saludable. 

Secretos del jamón serrano

El jamón serrano es conocido por su sabor inigualable y su rica tradición. Pero detrás de cada loncha de jamón se esconden secretos que revelan la maestría de su elaboración, sus propiedades nutricionales y su papel en la sociedad.

El proceso de curación

Uno de los secretos más fascinantes del jamón serrano es su proceso de curación. Este puede durar desde 7 hasta más de 24 meses, dependiendo del tipo de jamón. Durante este tiempo, la carne se somete a un proceso natural de deshidratación y maduración, lo que le confiere su sabor característico y su textura única. 

La importancia de la raza del cerdo

La calidad del jamón serrano está directamente relacionada con la raza del cerdo. Las razas ibéricas, como la Duroc, son especialmente valoradas por su capacidad para acumular grasa infiltrada, lo que potencia el sabor y la textura del jamón. 

La alimentación del cerdo, que puede incluir bellotas en el caso del jamón ibérico, también influye en el resultado final.

Un plato de jamón ibérico cortado a cuchillo por un experto cortador. Freepik

El arte del salado

El salado es un paso crucial en la producción del jamón. La cantidad y el tipo de sal utilizada afectan tanto al sabor como a la conservación del producto. Tradicionalmente, se emplea sal marina, y el proceso de salado se realiza a mano, asegurando una distribución uniforme. 

Este método ancestral permite que el jamón se conserve durante largos períodos sin necesidad de conservantes artificiales.

Cómo degustarlo correctamente

Para disfrutar plenamente del jamón serrano, es recomendable cortarlo en lonchas finas y servirlo a temperatura ambiente. Esto permite que se liberen todos sus aromas y sabores. A menudo se acompaña con pan, queso o frutos secos, creando combinaciones que realzan su exquisitez.

Conservación y almacenamiento

Para mantener su frescura, el jamón serrano debe almacenarse en un lugar fresco y seco, preferiblemente colgado o en un soporte adecuado. Una vez abierto, se recomienda consumirlo en un plazo de tiempo razonable para disfrutar de su sabor en óptimas condiciones.