El ejercicio físico, la alimentación, el sueño, la detoxificación, el cuidado de la microbiota, llevar una vida socialmente activa y una correcta gestión de las emociones, es, como demuestra el doctor Vicente Mera en Joven a cualquier edad (Ed. HarperCollins) la clave para vivir más, prevenir las enfermedades y desacelerar el proceso de envejecimiento. “El camino para la juventud a cualquier edad hay que hacerlo desde el interior al exterior. Cuando nos encontramos en perfecto estado de bienestar interno, es excepcional que nuestro aspecto físico nos resulte impecable. Se crea un efecto de retroalimentación positiva. Si me veo bien por fuera, debería estar bien por dentro también”, sostiene Mera que, en 2021, recibió el premio que le acredita como mejor médico europeo en el campo de la Medicina Antiaging.
QUIÉN ES
Vicente Mera es uno de los médicos más prestigiosos a nivel mundial en materia de antienvejecimiento. Estudió en la Facultad de Medicina de Sevilla y fue número uno del MIR. Actualmente ejerce en Alicante como especialista en medicina interna en diversos hospitales. En los últimos 15 años se ha involucrado en el proyecto SHA Wellness Clinic sobre medicina personalizada. Ha recibido el European Awards in Medicine 2021, el premio que le acredita como mejor médico europeo en el campo de la Medicina Antiaging.
¿Cuántas edades tenemos?
Tres. La edad cronológica que está escrita en el carnet de identidad, la del aspecto físico (que depende de muchas cosas, no siempre por los malos estilos de vida) y la edad biológica, que actualmente podemos medir con varias técnicas. Nuestro buen estado se debe en 1/3 a la genética; hay personas que están estupendas a partir de los 60 o 70 años y tienen una memoria y actividad cognitiva 20 años mejor que la gente de su propia edad. Esto se debe, además de los antecedentes familiares, por supuesto, a los estilos de vida, el tipo de ejercicio, la gestión de las emociones y al entramado social. Las personas que cumplen con estos requisitos tienen un envejecimiento mejor. Por otro lado, esta el tema de las toxinas, las drogas legales e ilegales que harán que uno esté mejor o peor.
¿Cuál es la importancia de la microbiota en los procesos de envejecimiento?
Mucha. La gente que tiene determinadas bacterias, por ejemplo una que se llama akkermansia, claramente tendrá más longevidad y mejor aspecto. Esto se debe a que controla la cantidad de moco que tenemos en el intestino. El intestino tiene un problema y es que debe absorber todas las moléculas nutritivas, pero, por otra parte, debe de impedir que pasen un montón de sustancias tóxicas. ¡Imagínese todo lo que es la materia fecal, todo lo que hay ahí! La gente que tiene envejecimiento acelerado es porque tiene esa capa de moco bastante disminuida. Aquí también interviene el sueño, quien que duerme mal o poco tendrá un aspecto peor.
“Lo mejor es que la edad biológica vaya mejor que cronológica"
¿La edad física y biológica deben ir de la mano?
No. Lo ideal es que la biológica vaya mejor, que sea más joven. Hay mucha gente que invierte su dinero en hacerse pruebas para conocer su edad biológica. De momento son caras, pero a medida que lleguen a más público se irán abaratando y serán más accesibles.
Usted distingue tres grupos de envejecimiento.
Hay uno, donde está la mayoría de la población (75%) y en el que conforme van pasando los años, los últimos 10 o 15 años de la vida, se suelen tener problemas: operaciones, alteraciones cardíacas, quimioterapias, patologías crónicas... Pero la medicina y sus profesionales hemos mejorado tanto en todos los aspectos (tecnológicos, de conocimientos) que esos años la población los vive con dificultades, pero las van superando.
Es el problema del porqué el envejecimiento tiene una connotación negativa, lo asociamos con diversas dolencias. Esto ocurre en la mayoría de la gente, pero hay dos grupos a cada lado, ¿cuáles?
Según mi experiencia clínica hay un 15% de la población que nunca enferma ni envejece. Gente que decide tomarse el mundo por montera y quiere disfrutar de todo y no prestar atención a su salud. Por ejemplo, ¿ha visto algún vídeo de Marilyn Monroe envejecida? Nunca enfermó, ni envejeció, pero murió muy joven. Hay personas que me dicen que de algo hay que morir, que quieren disfrutar de la vida: comer, beber, drogas, etc.
¿Y el tercer grupo de población?
Es en el que a mí me gustaría incluirme, e invitar a todo el mundo a seguirlo. Es el grupo que envejece, pero no enferma. Por ejemplo, Saramago fue una persona que con 65 años empezó a escribir y le dio tiempo a ganar un premio Nobel. No necesitas tener 30 o 40 años para hacer cosas importantes en la vida; puedes empezar a los 50 o 60 años si te acompaña la salud.
¿Y qué hay que hacer para estar en este grupo de población?
Contar con una buena genética, aunque no todo el mundo la tiene.
¿Cada vez se hacen más estudios genéticos?
Al principio uno completo costaba cerca de 10.000 euros, pero el precio se ha reducido ya a una quinta parte. Siguen siendo estudios caros, pero ya están al alcance de la gente, y en el futuro serán normales.
¿La importancia de la genómica es clave para demostrar esa predisposición?
A una persona propensa a los accidentes cardiovasculares el especialista le tendrá que decir que controle sus emociones, que tenga cuidado con su colesterol, la hipertensión; darle una serie de recomendaciones para que no llegue a tener un episodio cardíaco. Estamos en el 2.0 del envejecimiento. El médico no puede dar recomendaciones generales a todo el mundo, sino personalizar las necesidades de cada paciente.
¿El futuro está en la medicina personalizada?
Con el mapa genético podemos hacer absolutamente todo y, principalmente, orientar a la gente para lo bueno y para lo malo. Incluso para el ejercicio o para tener bien el tubo digestivo. No recomendamos el café, pero tampoco es malo; hay personas que lo metabolizan bien y puede tomar dos o tres al día porque les va bien. Sin embargo, a otras personas les puede provocar problemas metabólicos, arritmias... ¿Cómo lo sabemos? Por el estudio genómico.
“Estamos en el 2.0 del envejecimiento”
¿Lo que hay que conseguir es añadir vida a los años?
Hay mucha gente que está invirtiendo gran cantidad de dinero en ello. Los niños que nazcan ahora tienen una esperanza de vida de 90 años, hagan lo que hagan. Hemos mejorado tanto las condiciones de vida, la alimentación, el hábitat de la población, y los médicos y la cobertura sanitaria también, que hemos hecho posible que se llegue a esta longeva edad. En el laboratorio hemos demostrado que estamos preparados para vivir 120 años. Damos por válido el 75% de la obsolescencia. Si estamos programados para 120 años, el 75% son 90 años y ya hemos llegado al límite. Ahora tendremos que traspasarlo, pero será muy complicado porque nunca se ha hecho. ¿Qué pasará? Que tenemos que ofrecer a los que nacen ahora que lleguen a los 90 años como la Reina de Inglaterra: que se mueran sin enfermedad.
¿Cuáles son las señales que nos dicen que estamos envejeciendo rápidamente y mal?
Son deterioros de los sistemas que fallan más. Uno de ellos es el sistema osteoarticular, es decir, la presencia de artrosis, artritis, dolores articulares, y esto significa que algo estamos haciendo mal. El segundo es el aspecto físico deteriorado; cuando ves que algo no va bien. Y el tercero es el tubo digestivo. Cuando tenemos gases, molestias, diarreas, estreñimiento... también hay que buscar ayuda. Hay que alarmarse igualmente con el deterioro cognitivo; cuando empezamos a perder memoria, esa fatiga mental, esa niebla que tenemos en el cuerpo.
¿Se puede prevenir el envejecimiento acelerado?
Tenemos una serie de biomarcadores como los telómeros con los que podemos medir si se está produciendo de forma más rápida de lo debido; son pruebas que la gente se podría hacer a partir de los 30 años y no dejarlo para cuando tienen 50 o 60 años. Por otro lado, en ocasiones buscamos elixires de juventud cuando lo mejor que podemos hacer con una persona que está todo el día sentada es decirle que camine. Esto sería suficiente para que en los últimos años de su vida no tenga un infarto o diabetes.