La presidenta de la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP), María del Mar Carreño, afirma, en una entrevista con Efe, que esta enfermedad neurológica tiene "un gran estigma entre la población", en buena parte, por el desconocimiento que la sociedad ve en ella.
Con el objetivo de concienciar y educar a la sociedad, cada segundo lunes de febrero se conmemora el Día Internacional de la Epilepsia, una enfermedad que afecta a unas 400.000 personas en el Estado y alrededor de 50 millones en el mundo.
Trastorno neuronal común
La epilepsia es uno de los trastornos neuronales más comunes, de carácter crónico y para la que no existe cura, si bien los tratamientos han avanzado y hasta un 70 por ciento de los casos se controlan adecuadamente con fármacos.
"A pesar de que hemos avanzado mucho en el conocimiento de esta patología, a la gente le provoca respeto e incluso temor. La epilepsia sigue siendo una enfermedad estigmatizada que puede limitar mucho la vida social y laboral del paciente, incluso se ha confundido con un problema mental", señala la presidenta de la sociedad médica.
Esta enfermedad la puede padecer cualquier persona, pero hay dos momentos en la vida en los que es más frecuente sufrirla, explican desde la SEEP: la infancia en los primeros meses de vida y la senectud, ya que a partir de los 50 años aumenta el riesgo, especialmente a partir de 70.
¿Cómo actual ante una crisis epiléptica?
La epilepsia puede manifestarse de diversas formas como espasmos musculares involuntarios, ausencias, convulsiones o sensaciones sensoriales, pudiendo llegar a perderse la consciencia.
"El principal problema de las crisis epilépticas es que son impredecibles; pueden ocurrir en cualquier momento, y eso limita la vida del paciente. Las crisis más serias son las convulsiones generalizadas, pero hay crisis que no presentan sacudidas, aunque sí señales de ausencia", señala la doctora.
La presidenta de la Sociedad lanza otro mensaje en el Día Internacional: "Creo que sería imprescindible que toda la población supiera cómo actuar en caso de presenciar una crisis generalizada".
Pruebas diagnósticas y tratamientos
Algunos tipos de epilepsias y crisis originadas por esta enfermedad son difíciles de controlar: "Hay pacientes que, por ejemplo, han tenido hemorragias cerebrales u otras lesiones. A estos pacientes hay que evaluarlos
periódicamente y hacerles pruebas como el electroencefalograma. No está del todo claro que sea adecuado darles tratamiento de forma preventiva", sostiene la presidenta de la SEEP.
Entre la variedad de medicamentos antiepilépticos, unos 20 actualmente, se encuentra el uso del cannabis medicinal sin THC.
"Tenemos en farmacias el cannabidiol, que se puede utilizar como tratamiento añadido para tratar epilepsias graves como el síndrome de Dravet o el síndrome de Lennox-Gastaut", señala la neuróloga.
Cirugía para los casos más graves
Sin embargo, existen pacientes con epilepsia refractaria, un problema que conlleva la continuidad de las crisis a pesar de haber tomado las medicinas.
"Se debe considerar la cirugía en aquellos pacientes con epilepsia farmacorresistente, es decir, cuando las crisis continúan a pesar de haber tomado correctamente los fármacos, especialmente si existe una lesión", señala la especialista.
Esta enfermedad, como otras, puede tener un diagnóstico erróneo. La epilepsia puede confundirse con "síncopes vasovagales o cardíacos y con crisis psicógenicas", indica la doctora Carreño. "Existen muchas enfermedades que pueden dar síntomas parecidos, como la migraña, alteraciones metabólicas o los accidentes vasculares transitorios", concluye.