La doctora Marina Blanco, responsable de la consulta de asma grave del Hospital Universitario A Coruña, y el doctor José Tomás Gómez Sáenz, coordinador del Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), han señalado que "a día de hoy, no hay ningún dato" que apunte que los pacientes con patologías respiratorias crónicas, especialmente asma y EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), son más susceptibles a las infecciones víricas como el Covid-19.
Según se ha expuesto en un webinar organizado por la Semergen dentro de su plataforma online (SEMERGENVIVO), tanto el asma como la EPOC son comorbilidades infrecuentes en los pacientes hospitalizados por Covid-19. Sin embargo, como comenta al Gómez Sáenz, "en series españolas la prevalencia de enfermedades respiratorias en pacientes ingresados por Covid-19 alcanza el 12%, duplicando la de los pacientes no ingresados".
Mientras que tener asma no parece modificar el pronóstico en pacientes, la EPOC sí. "Se ha observado que la existencia previa de enfermedad pulmonar obstructiva crónica se asocia con unos peores resultados: generalmente desarrollan enfermedad más grave, tienen peor pronóstico y su índice de mortalidad es mayor", asegura Blanco, que es coordinadora del Área de Asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
Como resalta Blanco, "los pacientes con asma o EPOC, si tienen síntomas o agudizaciones de estas enfermedades, a pesar de estar utilizando su tratamiento de base habitual, deben consultar al médico para ajustar la dosis o seguir el plan de acción en aquellos casos que dispongan de él". Si esto no es posible, deben seguir las instrucciones que le dio su médico cuando tuvieron otra crisis (plan de acción) y estar pendientes de reconocer y controlar los síntomas cuando aparezcan.
Tanto los pacientes de asma como de EPOC que sufren un empeoramiento agudo de sus síntomas deben utilizar medicación de rescate (broncodilatadores de acción corta), junto con las medidas específicas para cada enfermedad.
Estos pacientes que experimenten un empeoramiento deben tener un control telefónico por su médico de familia en 48 o 72 horas para valorar evolución.