Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) ?existen más de 20 tipos? están sufriendo un alarmante incremento. Sífilis, gonorrea, clamidia, entre otras, son un auténtico problema de salud pública que van in crescendo: 76%, 67% y 22% respectivamente en Europa en los últimos seis años.
En concreto, el número de casos de sífilis se ha multiplicado por siete desde 2001, y el de infecciones gonocócicas se ha multiplicado por diez. Son datos de la incidencia durante 2017, los últimos proporcionados por el informe del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto Carlos III. Hasta hace pocos años la sífilis, el VIH, la hepatitis B y la infección gonocócica eran de declaración obligatoria, pero el resto no. Desde 2015 se han añadido la clamidia y el linfogranuloma venéreo a ese control epidemiológico.
Los expertos muestran su preocupación porque los jóvenes han bajado la guardia a la hora de mantener relaciones sexuales y, en parte, la culpa la tiene el éxito de haber conseguido cronificar el VIH a través de fármacos. “Consideran que como tiene un efectivo tratamiento es una patología como otra cualquiera y eso no es cierto; el sida es una dolencia grave, que además sigue estigmatizando a quien la padece”.
Lo cierto es que nos protegemos menos. Como Mario, un joven treinteañero heterosexual, que vive a caballo entre Bilbao y Pamplona por cuestiones laborales. Adquirió el VIH por relaciones de riesgo. “Pensaba que era un tema solo de homosexuales, de gente que se pincha; creía que a mí no me pasaría. Me enteré de que me había contagiado cuando fui a hacerme unas pruebas por un problema de salud que tuve y allí el médico me dio la noticia”, explica.
Para él, como para todos los que la reciben, supuso un auténtico mazazo, “porque te cambia la vida por completo; desde la alimentación, las relaciones, el miedo a decirlo en tu entorno para que no te arrinconen, a que no se enteren en el trabajo por temor a que te echen...”, reconoce Mario, quien ha encontrado apoyo en algunas organizaciones de Navarra que trabajan muy cerca de estos pacientes.
El estigma continúa
Javier, de Donostia, se hizo la prueba por temor a haberse contagiado. “Fui a una farmacia y en pocos minutos me dijeron que había dado negativo”, dice este informático cuarentón, que se alarmó porque gente de su entorno había contraído infecciones derivadas de relaciones de riesgo.
“Esa decisión de acudir a una farmacia me dio una nueva oportunidad”, explica sonriente, al tiempo que aboga porque las campañas contra las ITS sean más efectivas y lleguen no solo a la juventud, sino a la sociedad en general, “para que sepan el daño que producen estas infecciones; daños en ocasiones muy graves y que restarán calidad de vida a quien se contagia. Y para que conozcan cómo pueden prevenirse y a dónde acudir para un diagnóstico precoz”.
María, dependienta en un establecimiento de Vitoria-Gasteiz, conoce de cerca el tema. “Las consecuencias de contraer una ITS son especialmente graves para las mujeres: infertilidad, problemas fetales, cáncer de cérvix o embarazos ectópicos”, explica, al tiempo que reconoce que una amiga con clamidia tuvo problemas muy graves, “todo por no protegerse en sus múltiples relaciones”, añade.
Expertos y pacientes coinciden en señalar que las infecciones de transmisión sexual pueden pasar desapercibidas, ya que muchas de ellas no presentan síntomas, “por lo que hay que ser proactivos”, subrayan. Dos de cada tres clamidias no presentan síntomas y esto es clave para que ante cualquier relación de riesgo, las personas acudan al dermatólogo para activar cuanto antes los protocolos y llevar a cabo las pruebas pertinentes.
Los expertos han observado que las zonas contagiadas ya no son solo genitales. Así, el 72% de los casos son extragenitales, y se dan en el recto y la faringe. “Suele ser muy normal con la bacteria del gonococo, propia de la infección de gonorrea”, explican los especialistas, que recalcan que han visto cómo se han multiplicado por seis en una década, a la vez que reconocen que los casos que ven solo son la punta del iceberg del problema. “Los infradiagnósticos son el pan nuestro de cada día”, revelan.
Cifras alarmantes
El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) las consideran un problema de salud pública. De hecho, hay un 70% más de casos de sífilis en una década, hay casi 150 contagios anuales por cada 100.000 habitantes de clamidia, se notificaron 239 de infección gonocócica en la UE, y los contagios del linfogranuloma venéreo se concentran en España, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Reino Unido con un 86% del total. No se cuenta con la evolución en el tiempo de otras infecciones de transmisión sexual ya que su vigilancia no era obligatoria hasta 2015, pero sí se pueden dar los casos registrados en 2017 de la infección por Chlamydia trachomatis y del linfogranuloma venéreo. De la primera, se notificaron 9.865 casos y, de la segunda, 414.
Lo que hay que saber
1- Las ITS se contagian a través de sexo vaginal, oral o anal y contacto genital. Todas las personas somos vulnerables a ellas, y aunque el preservativo es el arma más eficaz (lo es entre el 80% y el 90% de los casos) para evitarlas ningún método es totalmente infalible.
2- Micción dolorosa, dolor en la parte baja del abdomen, flujo vaginal espeso o mal olor, verrugas o úlceras, secreción del pene, dolor en las relaciones sexuales y sangrado entre reglas son algunas se las señales que avisan.
3- En el VIH los síntomas suelen parecerse a los de una gripe: dolor de cabeza y garganta, ganglios linfáticos inflamados, erupciones cutáneas y cansancio. Los casos más graves pueden tardar en manifestarse hasta diez años.
4- Es clave hablar con la pareja sinceramente en el caso de que se presenten síntomas, para poder descubrir si se ha contagiado también.