Pasear entre hayas, pinos, robles, castaños o abetos siempre relaja, pero visitar bosques en plena otoñada, cuando los colores se van alejando de los verdes del verano y entran en los ocres, rojos y pardos que anticipan la caída de las hojas. Quizá la brevedad y rapidez de este proceso antes del invierno lo convierte en algunos lugares en un espectáculo para la vista. Estos son seis sitios para disfrutarlos al máximo.
Selva de Irati (Navarra)
Patxi CAscante
La selva de Irati es uno de los mayores extensiones de hayedos y abetales de Europa y ocupa los valles de Aezkoa y Salazar, en el norte de Navarra. Con la llegada del otoño, el cambio del color de las hayas a naranjas y amarillos de las hojas caducas de las hayas se mezcla con el verde perenne de las agujas perenne de los abetos. Numerosos caminos y sendas recorren las umbrías de los árboles haciendo que aficionados al senderismo repitan sin cansar ni aburrirse sus visitas semanales.
Sierra de Aralar (Gipuzkoa-Navarra)
NTM
La sierra de Aralar, que alberga el mítico santuario de San Miguel y la leyenda del dragón, es un macizo kárstico que se comparten Gipuzkoa y Navarra. En su interior se pueden encontrar rincones mágico en los que se pueden hacer realidad los misterio y leyendas que cuentas sus pobladores. Numeroso dólmenes, formaciones geológicas intrigantes como el lapiaz, árboles más que centenarios y rebaños de ovejas cuentan en silencio historias sin fin.
Hayedo de Otzarreta, Gorbea (Álava-Bizkaia)
TripAdvisor
El Parque Natural de Gobeia entre Bizkaia y Álava, como todo lugar fronterizo de encuentro esconce rincones mágicos y uno de ellos es el hayedo de Otzarreta. El río Zubizabal que atraviesa este bosque de hayas serpenteando entre los árboles permite que no solo la vista se recree y se relaje. El sonido del agua entre las piedras y el susurro de las hojas al viento estimulan el oído, que percibe también los chasquidos de las hojas secas que se pisan.
Selva de Oza (Huesca)
Selvadeoza.com
La Jacetania oscense tiene en su valles occidentales en pleno Pirineo otro de lo grandes bosques de esta cordillera, que cuando coge altura deja paso a las grandes cumbres de praderas y piedra. La selva de Oza, en el valle de Hecho, entre Ansó y Aisa, responde a la tipología de estos bosques prealpinos en los que los abetos y las hayas comparte espacio y protagonizan espectáculo de color. Los numerosos megalitos que se pueden encontrar certifican que ya hace mucho tiempo que los humanos recorrían estos vales y montes.
Sierra de Cameros (La Rioja)
lariojaturismo.com
El Parque Natural de Cebollera es uno de los paisajes territorios en los que a pesar de la intensa presencia humana mejor conservación presenta. Los corrales, chozas y ermitas desvelan una presencia humana íntimamente ligada a la actividad ganadera, especialmente con la trashumancia y el pastoreo. Es cierto que se ha hecho una labor de recuperación , pero lo logrado permite imaginar como era hace varios siglos. Recorrerlo en otoño solo mejora la experiencia.
Parque Natural Saja-Besaya (Cantabria)
Mancomunidad de Saja
Si al entorno natural se le une una intensa berrea, cuando los ciervos entran en celo antes del invierno y los machos tratan a berridos de que las hembras se apareen con ellos, el Parque Natura del Saja-Besaya es el destino más indicado. Acompañados por guías y en excursiones organizadas es posible ser testigo de este comportamientos, que puede incluir las luchas entre los machos por mantener sus harenes, a primera y a última hora del día.
La selva de Irati es uno de los mayores extensiones de hayedos y abetales de Europa y ocupa los valles de Aezkoa y Salazar, en el norte de Navarra. Con la llegada del otoño, el cambio del color de las hayas a naranjas y amarillos de las hojas caducas de las hayas se mezcla con el verde perenne de las agujas perenne de los abetos. Numerosos caminos y sendas recorren las umbrías de los árboles haciendo que aficionados al senderismo repitan sin cansar ni aburrirse sus visitas semanales.