Alcalá del Júcar es uno de los pueblos más espectaculares y pintorescos de Albacete. Por eso no es de extrañar que haya sido elegido por el porta especialista en viajesy turimo European Best Destinations entre las 15 joyas ocultas en Europa para los viajeros que buscan experiencias en lugares con encanto y que no estén masificados. Esta lista la encabeza Menton (Francia), seguida de Volosko (Croacia) y Durbuy (Bélgica). Alcalá del Júcar está en una meritoria octava posición.
Su situación y el excepcional paisaje que forma la hoz del Júcar hacen que, en cuanto aparece ante nuestros ojos la localidad, sintamos la necesidad de detener la marcha para poder contemplarlo en toda su grandiosidad. En 1982 fue declarado Conjunto Histórico Artístico.
Alcalá de Júcar, con poco más de 1.100 habitantes, se encarama en una roca sobre un meandro del río, sus casas escalan por ella o se excavan en la tierra y ascienden hasta el castillo que lo preside todo. El cañón del Júcar se recorta en láminas en su base, como una tarta de caliza que le confiere un peculiar aspecto.
El castillo, de origen árabe y al que debe parte de su topónimo, tiene ya poco de su raíz andalusí, debido a que diversas reformas han dejado poco recuerdo de su ascendencia. Derrumbamientos, cambios en las torres y la reconquista, dejaron sucesivas restauraciones que borraron en buena parte su origen islámico.
El paseo debe continuar por su entramado de calles hasta la parroquia de San Andrés, uno de los edificios más significativos de la población. Es una construcción de nave única y muy alargada, construida entre los siglos XVI y XVIII, del XVI conserva la bóveda de crucería con terceletes y en el XVIII se amplió la cabecera con un crucero y una cúpula. Siguiendo el descenso llegamos al bello puente sobre el Júcar, del siglo XVIII, al que se ha atribuido con frecuencia mayor antigüedad.
Las cuevas de la localidad son célebres por sus múltiples usos, nidificación de palomas, establos y farmacias naturales. Pero de especial interés son los túneles de los bares como la cueva de Masagó o la cueva del Diablo.
Más allá, en las cercanías, el viajero puede llegar a la ermita de San Lorenzo una característica obra barroca con planta de cruz, cúpula y pinturas del siglo XVIII.
PRINCIPALES ATRACTIVOS. Desde la distancia, Alcalá del Júcar ofrece una visión espectacular: las casas, escalonadas en un altísimo cerro, se disponen alrededor de la fortaleza, construida por los almohades entre los siglos XII y XIII.
QUÉ VER. Es un buen ejemplo de arquitectura islámica, con un torreón pentagonal, y dos pequeñas torres de planta circular, dispuestas en tres alturas. Restos de la antigua muralla rodean la fortaleza. Es interesante considerar que ya hubo aquí asentamientos iberos y romanos, que también eligieron el cerro como punto de vigilancia y defensa.
ACCESO AL CASTILLO. Abierto de mayo a septiembre, de 11 a 14 y de 17 a 20 horas. Desde octubre hasta abril, de 11 a 14 y de 15 a 18 horas. Tarifa general: 2 euros, menores de 8 años y grupos de menos de quince personas, 1,5 euros.
CURIOSIDADES. Dos leyendas perviven en torno al castillo, sobre la princesa Zulema. En la primera, ella es raptada por el moro Garadén, para que se convierta en musulmana y se case con él. Pero Zulema, antes que eso, prefiere arrojarse desde lo alto de la torre. En la segunda, Zulema es mora, y enamorada de un caballero cristiano, huye del castillo de su padre, el moro Garadén, para establecerse en una cercana aldea... llamada Zulema.
COMER Y DORMIR. La localidad dispone de al menos cinco restaurantes con precios para todos los bolsillos y de un hotel y cuatro casas rurales para poder alojarse, según la web de Tursimo de Castilla-La Mancha.