écadas atrás, existieron varios núcleos poblacionales de ranita meridional en el entorno de Mendizorrotz, pero la destrucción de las masas de agua, la introducción de predadores y un erróneo concepto ambiental llevaron a esta especie arborícola al límite de su existencia. Por lo tanto, el citado plan serviría para asentar de?nitivamente la población de este pequeño anfibio (4-5 cm) de color verde claro y de cuerpo estilizado. Sin embargo, la cruz de la moneda está en la falta de concienciación de los valores naturales que encierra Mendizorrotz, vertiginoso macizo que desde sus 416 metros de altitud hunde a pico sus raíces en la costa. Biodiversidad que ha sido puesta en jaque a raíz de varios incendios acaecidos hace unos años en la ladera septentrional. La vegetación que rodea los humedales ha sido calcinada en más de una ocasión y por tanto se han ido mermando las garantías de supervivencia de este anfibio, incluido en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas.
La ruta a la charca de Arpidegieta (Arpita) sigue el trazado blanco y azul que señala la gran Vuelta al Municipio de Donostia, una sugerente ruta circular puesta en marcha a iniciativa del Club Vasco de Camping y del consistorio donostiarra. Emprendemos la marcha en los jardines de Ondarreta, en el extremo occidental de las playas de Donostia. Sin tomar el acceso del funicular, seguimos la avenida Satrustegi de la mano del Camino de Santiago.
Abandonamos en seguida la calle principal para tomar a la derecha el camino Marbil. Las trazas del sendero costero GR 121 Talaia confirman la buena dirección. Ganamos altitud tomando la escalinata de piedra que ataja en la carretera. Pasamos frente a una fuente monumental y seguimos ladera arriba rodeando el complejo residencial de Erregenea. Las escaleras nos permiten acceder al jardín de plantas ornamentales y de árboles de buen porte. Enseguida daremos con un mural donde se trazan los recorridos de todos los senderos GR diseñados en Gipuzkoa.
Seguimos por la derecha y ganamos altitud, rodeados de plátanos, abetos, cipreses y roble americano, entre otras especies arbóreas. Cuando el camino vira a la derecha, continuamos de frente por un senderillo que nos coloca junto a un chalet de amplias vistas sobre la ciudad. El camino de Marbil nos coloca finalmente frente al caserío Balentin, en Leku-Eder. Cruzamos la carretera que lleva al pueblo de Igeldo y continuamos por el camino de Lasarmendi. En su comienzo este tramo está asfaltado y nos lleva hasta el caserío Mendi-Mendian. Pasamos junto a él y seguimos flanqueando la ladera, dejando sobre nosotros la cima de Gudamendi. Al salir a la parte alta de la montaña, seguimos por la izquierda, pasamos frente al hotel Nicol’s y llegamos a la carretera de Igeldo. La calle Kristobal Balenziaga nos conducirá hasta la plaza de Igeldo.
Por la izquierda de la iglesia tomamos el paseo de Aita Orkolaga. Al salir a la carretera seguimos en dirección oeste, hacia el centro meteorológico. Sin llegar a él, nos desviamos por la izquierda para continuar por el camino que pasa por Eguzki Alde. Perdemos altitud por la cara sur de Mendizorrotz siguiendo el camino zigzagueante que discurre por la parte elevada del cordal. Pasamos junto al caserío Erauntzeta y, bordeando la colina de Intxaurtxueta, el camino baja hasta las proximidades del caserío Barrenetxea. Seguimos bajando un poco más, dejamos el camino del camping a la derecha y llegamos al cruce de Langagorri. La charca de Arpidegieta está cerca de este cruce, a pocos metros a la derecha. Para acercarnos a ella, caminamos unos metros en dirección al asador Arra-tzain. Nada más cruzar el arroyo vemos el humedal a la derecha, en un lugar rodeado de exuberante vegetación. Un pequeño panel alerta sobre la necesidad de proteger el humedal, lugar de reproducción de la ranita meridional.
Tras la visita regresamos al cruce anterior y continuamos por la derecha a la par del río Muno. Más abajo cruzamos el río por el puente de Errotaberri y llegamos al parque empresarial de Igara. Giramos a la derecha y continuamos al ?lo del polígono, a la par del río Igara. La avenida de Tolosa nos llevará hasta Ondarreta, donde ponemos fin al recorrido.
Una red de charcas
La charca de Arpidegieta (Arpita), entre Usurbil y Donostia, forma parte del catálogo de emplazamientos para la reproducción de la ranita meridional. Este pequeño humedal se sitúa en la encrucijada creada por los arroyos de Muno, Barrenetxea y Arpidegieta, en la vertiente meridional del monte Mendizorrotz; forma parte de una red de charcas distribuidas por este macizo. La razón hay que buscarla años atrás cuando Haritzalde Naturzaleen Elkartea recogió miles de firmas con el objeto de paralizar las obras en Ibaeta, donde se tenía previsto demoler el embalse anexo a la empresa Gurelesa. Aquel humedal, del que hoy queda solo una parte testimonial, el estanque de Errotatxo, en el parque empresarial de Neinor (Igara), era el lugar perfecto de reproducción de esta ranita.
Aprobado el Plan de Gestión de la Ranita Meridional, en 1999, se dictaron medidas complementarias, tales como la necesidad de establecer un catálogo de nuevos enclaves de reproducción. La charca de Arpidegieta (Arpita) se construyó en el año 2000 en término de Usurbil, en la muga con el municipio de Donostia. Tiene un diámetro aproximado de veintiocho metros y cuenta con una profundidad máxima de 1,70 metros. El abastecimiento se hace mediante una toma de agua realizada en el afluente anexo.
Jardines de Ondarreta (Donostia).
Excursión de dificultad media. El camino está balizado con trazas azul y blancas.
11,2 kilómetros.
2 horas y 45 minutos.
250 metros.
Plan de Gestión de la Ranita Meridional (Hyla meridionalis). Catálogo de la red de enclaves de reproducción de la ranita meridional.