El lunes 28 de abril, el Estado vivió el mayor apagón eléctrico de su historia reciente, un suceso que paralizó todo por completo a las 12:33 del mediodía y dejó a millones de ciudadanos sin luz durante horas. El corte afectó todos los aspectos de la vida cotidiana: semáforos apagados, transporte bloqueado, hospitales trabajando con generadores de emergencia, comercios inoperativos y personas atrapadas en ascensores o incomunicadas en zonas rurales. El origen fue la desaparición súbita del 60% de la energía disponible, según explicó el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en una comparecencia nocturna.
Este evento no solo dejó claro lo dependientes que somos de la electricidad, sino que puso en evidencia lo poco preparados que estamos para una emergencia de esta magnitud. Más allá de los daños materiales o el caos logístico, el apagón nos deja una lección valiosa: hay ciertos objetos y recursos que deberíamos tener siempre a mano, porque pueden marcar la diferencia entre el desconcierto y la tranquilidad en situaciones imprevistas.
1. Dinero en efectivo: vuelve a tener sentido
En una era dominada por las tarjetas y los pagos con móvil, muchos ciudadanos se encontraron con un problema inesperado: los datáfonos no funcionaban.
La imposibilidad de pagar incluso lo más básico, desde una botella de agua hasta el transporte, hizo que muchos redescubrieran el valor de llevar siempre una pequeña cantidad de dinero en efectivo. Aunque parezca obsoleto, en emergencias sigue siendo insustituible.
2. Una linterna (y pilas de repuesto)
La luz del móvil puede servir para salir del paso unos minutos, pero una linterna real proporciona mayor potencia, duración y estabilidad. Especialmente en edificios sin ventanas, garajes subterráneos o escaleras de emergencia, contar con una linterna funcional es fundamental. Mejor aún si se tiene más de una: una para casa, otra para el coche y otra en el bolso o mochila habitual.
3. 'Power bank' o batería externa
En una situación como la del lunes, los teléfonos móviles se convirtieron en la única herramienta de comunicación con el exterior. Sin embargo, con el paso de las horas, las baterías empezaron a agotarse. Por eso, una batería externa cargada es hoy tan necesaria como el propio móvil. Algunos modelos incluso incluyen pequeñas placas solares o linternas incorporadas.
4. Una radio portátil
En un apagón total, la radio vuelve a ser una fuente fiable de información, sobre todo si es a pilas. Las radios portátiles permiten mantenerse informado incluso cuando no hay señal de móvil ni conexión a internet. Muchos ciudadanos no sabían qué estaba ocurriendo ni cuánto duraría el corte porque se quedaron desconectados. Este tipo de aparatos recuperan protagonismo cuando lo digital falla.
5. Mapa físico y GPS offline
El apagón sorprendió a muchas personas en plena carretera o desplazamiento, y con los sistemas de navegación bloqueados. Los mapas digitales, que dependen de la red móvil o del GPS del coche, dejaron de funcionar en algunos casos. Por eso, llevar un mapa físico de carreteras en la guantera es una medida sencilla pero efectiva. También conviene descargar mapas offline en el móvil, una función disponible en muchas aplicaciones de navegación.
6. Agua, snacks y botiquín básico
Nunca se sabe cuánto puede durar una emergencia. Por eso, conviene llevar en el coche o en una mochila de uso diario una botella de agua, algunos alimentos no perecederos (como barritas energéticas o frutos secos) y un botiquín básico con tiritas, analgésicos, desinfectante y medicación habitual si se necesita.
7. Documentación impresa
Tener copias físicas de documentos importantes como el DNI, la tarjeta sanitaria o pólizas de seguro puede facilitar trámites en caso de cortes de conexión o sistemas caídos. No hace falta llevarlos encima todo el tiempo, pero sí tenerlos accesibles en casa o en el coche.
8. Una pequeña libreta con números clave
Nos hemos acostumbrado a depender del móvil para todo, incluidos los contactos. Pero si se agota la batería y no recordamos ningún número de memoria, quedamos incomunicados. Anotar números importantes en una libreta, como los teléfonos de familiares, servicios de emergencia, asistencia en carretera, es un recurso sencillo pero eficaz.
Prepararse no es alarmismo, es sentido común
El apagón del 28 de abril no solo desconectó al Estado de la red eléctrica, también reconectó a muchos con la realidad de lo vulnerables que podemos ser ante lo imprevisto. Aunque no es posible prever cuándo ocurrirá la próxima gran interrupción, sí es posible estar mejor preparados.
No se trata de vivir con miedo, sino con conciencia. Tener a mano algunos recursos básicos puede marcar la diferencia entre la ansiedad y el control. Porque cuando falla la tecnología, lo esencial vuelve a ser vital.