El PNV ha llevado este martes al Senado su esperada pregunta al Gobierno español sobre el macrocentro de refugiados que los mantiene enfrentados, que se ubicará en Gasteiz y tendrá capacidad para 350 personas. Y, a pesar del tono de amonestación que han utilizado estos días los socialistas en Euskadi para criticar el discurso migratorio de sus socios jeltzales, lo que ha tenido lugar este martes en Madrid ha sido un simple intercambio de opiniones, reconociendo en todo momento por parte del Gobierno español el “compromiso” que ha mostrado el PNV con la gestión de la migración. La ministra del ramo, la navarra Elma Saiz, se alejó del tono que empleó la delegada del Gobierno español, Marisol Garmendia, y no repitió la idea de que el PNV está cerca de la “caverna” del PP y Vox. Las formas fueron otras. 

Pero, en el fondo, hubo poca novedad. El centro sigue adelante, porque para el Estado es difícil dar marcha atrás en un proyecto que cuenta con fondos europeos y le permite rehabilitar un edificio de la Seguridad Social que estaba en desuso. El PNV tuvo la ocasión de volver a aclarar que comparte la idea de la acogida y está dispuesto a que haya más plazas en Euskadi, pero no entiende el empeño en habilitar esa clínica y concentrar a 350 personas en un solo edificio, porque complica la atención personalizada. La ministra terminó ofreciendo “diálogo”, pero con escaso nivel de definición.

La pregunta la formuló la portavoz del PNV en el Senado, Estefanía Beltrán de Heredia, quien dejó ver que los jeltzales comparten la necesidad de actuar, acoger y atender. Son conscientes de que “el número de personas que emigran a España ha ido aumentando progresivamente” y el Estado tiene que aumentar sus recursos para la acogida. “Usted ha decidido la rehabilitación de un edificio de la Seguridad Social, la antigua clínica Arana, con capacidad para 350 personas, y que será el mayor centro del Estado. Adoptaron la decisión de manera unilateral, sin compartir ni consensuar con las administraciones vascas. Nadie puede negar la corresponsabilidad con que Euskadi está gestionando la atención a la migración. Compartimos la necesidad de ampliar las plazas del sistema de acogida, incluso ampliarlas en Euskadi. Pero no compartimos un macrocentro que no garantiza la atención personalizada. No lo compartimos mi grupo, las instituciones, las organizaciones sociales ni las entidades del tercer sector social”, explicó, para añadir que Euskadi “apuesta por los centros pequeños porque permiten una mejor atención”. Y aprovechó para recriminar las declaraciones “en tono autoritario” de Garmendia, quien dijo que “la decisión está tomada y no hay vuelta atrás”. Pidió a la ministra que reconsidere el proyecto y dialogue. 

Estefanía Beltrán de Heredia en el Senado. EP

Los 16 millones de euros están en fase de ejecución

Y, en efecto, el Estado no va a dar marcha atrás. Elma Saiz defendió que, además de la función de la acogida, se va a “recuperar un edificio que lleva diez años cerrado”, que se hará con fondos Next y con la asistencia de la agencia europea de asilo. Incluso se empeñó en que “el centro es un recurso de tamaño medio”. “La inversión alcanza los 16 millones de euros y está en fase ejecución. El año que viene está previsto que finalicen las obras”, zanjó. Añadió una apuesta por los derechos humanos.

La senadora jeltzale le dio la réplica matizando que el PNV está de acuerdo con que hay que atender, pero haciéndolo “bien”, y le recriminó que “nunca” pusieran en marcha la mesa de coordinación con las instituciones vascas: “cambiaron diálogo por imposición”. Le afeó la “irresponsabilidad” que supone crear un problema a otras administraciones. La ministra Saiz terminó con un “siempre diálogo”, pero se reafirmó en este centro. Sí acabó con un reconocimiento al PNV: “Quiero agradecer el compromiso e interés de su grupo por participar en la mejora de la gestión migratoria, nos ha permitido llegar a acuerdos y vamos a seguir haciéndolo”, concedió, para terminar con un “eskerrik asko”. Se da la circunstancia de que el PNV había avisado a Pedro Sánchez de que "toma nota" de los "exabruptos" de su delegada en suelo vasco como si fueran un mensaje de La Moncloa, y la ministra, en ese contexto, ha lanzado un mensaje de reconocimiento a los jeltzales, cuyos votos son imprescindibles.