“La confusión que crea el nombre ‘Sumar’ no es positiva para las fuerzas de la izquierda”
A punto de cumplir un año al frente de Izquierda Unida, Antonio Maíllo (Lucena, 1966) se ha significado por buscar una voz propia e identificable para su formación
Empecemos por lo más reciente. ¿Qué le parece la gestión del Gobierno español del apagón del pasado lunes?
A mí me parece que, respecto a una situación desbordante, el Gobierno ha actuado con bastante diligencia. Pero creo que lo fundamental es destacar la actuación de la sociedad. Miles de trabajadoras y trabajadores sostuvieron la normalidad con su esfuerzo, con su solidaridad. Eso no hay que perderlo de vista.
Entonces, ¿quién no estuvo a la altura de las circunstancias?
Evidentemente, Red Eléctrica, la empresa responsable del suministro, tiene que darnos muchas explicaciones.
La presidenta de Red Eléctrica descarta dimitir y afirma que el apagón "no volverá a ocurrir"
Pero hay que decir con toda la contundencia que las empresas eléctricas también tienen que darnos una explicación.
A fecha de hoy, aseguran que no es cuestión suya y que hay otras entidades a las que interpelar.
Eso es una posición, si se me permite la expresión, lobista. Con toda la cautela que hay que mostrar en estos casos, es evidente que hay un modelo eléctrico en España que hay que empezar a revisar.
Pedro Sánchez pasó de asegurar que nunca habría un apagón a decir que no tendría que repetirse. El caso es que seguimos sin saber lo que ocurrió.
Y es algo que deberemos saber. No es solo que no deba volver a ocurrir, sino que se haga una investigación desprejuiciada que permita conocer cómo pudo ocurrir un apagón de estas características, que no es una cosa zonificada, sino que afecta a dos estados. Es muy importante que las averiguaciones se hagan con rigor para que nadie tenga el modo de cuestionarlas.
La derecha está aprovechando la incertidumbre para difundir sus mensajes pronucleares y contra las renovables. Y la extrema derecha propaga directamente bulos negacionistas.
Sí, pero lo están haciendo con poco éxito. No percibo yo que ese discurso falto de rigor esté calando en la sociedad española. Pese a los esfuerzos de quienes las difunden, no creo que se hayan instalado las teorías conspirativas. Por lo demás, es lo de siempre, la derecha con su mantra de buscar cualquier excusa para erosionar al Gobierno
El contrato de las balas
Un gobierno del que ustedes forman parte a pesar de los encontronazos con el PSOE. ¿Está ya solucionada la crisis provocada por la compra de balas a una empresa israelí?
La venta de balas con freno y marcha atrás
Una vez que se canceló el contrato, quedó cerrada la incidencia. Ahora estaremos muy vigilantes para que se cumpla con la palabra dada.
Pero no hablamos solo de este contrato, que era de seis millones y medio de euros. Hay otros 46 por un monto total de casi 1.000 millones. ¿Se deben cancelar todos?
La solución debe ser la misma. Y esperamos que se cumpla. Si no es así, pues me temo que volveremos a tener alguna discrepancia, obviamente.
Usted mismo llegó a asegurar que saldrían de la coalición de gobierno si no se rompía el contrato con la empresa de Israel. ¿De verdad habrían llegado a tomar una decisión tan drástica?
“No estamos incómodos en el Gobierno de coalición. hay que desdramatizar las discrepancias legítimas”
Estábamos hablando de una cuestión que nos tomamos muy en serio. Nos parecía muy grave seguir comprando armas a Israel, y cuando alguien nos preguntó si nos planteamos salir del gobierno, dijimos que era una escenario que estaba sobre la mesa. Pero tenemos que normalizar y desdramatizar las discrepancias dentro de un gobierno de coalición. En Euskadi tienen una gran tradición de gobiernos de coalición y tienen asumido que hay desencuentros. En una coalición hay fuerzas que no son iguales y por eso es normal que haya discrepancias.
Demasiadas discrepancias
Lo que ocurre es que estamos viendo muchos choques. No solo por las balas, también por el gasto militar, la tributación del SMI, la reducción de jornada... Da la impresión de que están muy incómodos.
Al contrario. Gracias a que estamos en el Gobierno, podemos trabajar por cuestiones que conciernen mucho a la sociedad española. Hay un ejemplo muy claro. Desde que estamos en el Gobierno, como Unidas Podemos o como Sumar, se ha conseguido subir el salario mínimo en 348 euros. En política no estamos para hacer discusiones versallescas sino para luchar por lo que consideramos más justo y mejorar la vida de las personas.
Más allá de sus diferencias con el PSOE, el resto de socios habituales también han manifestado serias discrepancias en asuntos de primer orden. En apenas año y medio, el Gobierno ha perdido numerosas votaciones.
“Estoy convencido de que, pese a las dificultades, el Gobierno de coalición será capaz de llegar a 2027”-
Es que la realidad de las Cortes es la que es. Y en política, tienes dos opciones: empeñarte en un ideal de fantasía o gestionar la realidad. Y es esto lo que estamos haciendo. Es verdad que el contexto no es el más favorable para las formaciones de izquierdas. Pero, con todo, el Gobierno sigue ahí, y yo pienso que puede estar hasta el año 2027.
Sumar y la confusión evitable
¿Cómo van las cosas en Sumar? Se diría que la fórmula no le acaba de convencer a Izquierda Unida.
Es que hay una confusión. Nosotros no estamos en la plataforma o el movimiento Sumar. Estamos en el grupo parlamentario que lleva ese nombre y donde tratamos de mantener nuestra personalidad.
Afino la pregunta. ¿Se sienten cómodos en ese grupo parlamentario y con la cuota que tienen en Gobierno de coalición?
Desde luego, no nos sentimos incómodos. Celebramos que las novedades que se han introducido en los mecanismos de funcionamiento son más democráticos que los anteriores. Sí sentimos que, cuando pedimos más modificaciones, no se aceptaron, pero aceptamos democráticamente las posiciones de las demás organizaciones. A mí me parece que el que haya un grupo parlamentario con el mismo nombre que uno de los partidos que lo forman supone un grado de confusión. Y nosotros no estamos por la confusión en la política. Estamos por la claridad.
Si hubiera una convocatoria electoral, ¿volverían a ir en una sola papeleta con el nombre Sumar?
Cuando llegue ese puente, lo cruzaremos, pero, evidentemente, yo creo que todo apunta a que, si creemos en un espacio donde todo el mundo se sienta identificado, cómplice de un proyecto común, evidentemente, eso tendrá que reflejarse en el nombre.
Tendrá que ser un nombre en que organizaciones históricas como la suya no se sientan diluidas.
No se trata de dilución sino de clarificación. Yo creo que el Movimiento Sumar decidió unificar e identificarse con el nombre de un todo cuando solo es una parte. Eso crea una confusión que no es positiva. Por eso mantenemos de forma legítima que haya un mecanismo democrático de toma de decisiones y que nadie esté por encima de nadie.
La experiencia demuestra que lo que plantea no se ha llevado a la práctica.
Pero es la única forma de conseguir un proyecto que tenga éxito. Las fórmulas de Unidas Podemos y Sumar creo que se han visto superadas por el hecho de que ha habido una tentación de que solamente una parte decidiera por el todo. Y creo que debemos aprender de las dinámicas de búsqueda de síntesis en los acuerdos. Eso se está dando en el grupo parlamentario y me parece que está siendo positivo, como acabamos de ver en la cuestión del contrato de compra de balas a Israel. Se ha abierto camino a que las propuestas consensuadas se consoliden. Esa es una cultura que a nosotros, a Izquierda Unida, nos satisface mucho.
En la próxima convocatoria electoral, sea cuando sea, ¿volverá a haber una candidatura única de la llamada izquierda confederal?
“La izquierda no puede permitir ni por activa ni por pasiva que los gobiernos reaccionarios ganen terreno”
No sotros vamos a apostar por ello. Es verdad que ya hemos dicho que, si hay convocatoria, Izquierda Unida concurrirá del modo que sea. Pero en el próximo ciclo electoral nuestra prioridad va a ser establecer un frente amplio porque, sinceramente, la única forma de mantener un gobierno de España progresista es la acumulación de fuerzas de la izquierda. Tengamos en cuenta que si el Gobierno de España cae en manos de PP y Vox, se completaría el mapa de gobiernos de la UE en manos de la derecha y la extrema derecha. Eso junto a los Estados Unidos de Trump o gobiernos tan importantes como Argentina, consolidaría en todo el mundo un mapa reaccionario, profundamente autoritario, con tintes abiertamente fascistas. No podemos permitir ni por activa ni por pasiva que ese tipo de gobiernos puedan seguir ganando terreno y, menos, que lo hagan también en España. La izquierda no puede dejar que los intereses de parte se impongan a la lucha contra el enemigo común.
Sin embargo, los precedentes inmediatos nos muestran que en el espacio al izquierda del PSOE no han dejado de imponerse los intereses particulares.
Eso no lo dirá por Izquierda Unida, que creo que ha demostrado que ha sacrificado sus intereses en favor del bien común y global. De todas formas, espero que, más allá de las siglas, será la movilización social la que nos empuje a la unidad.
En la CAV hubo una presión de simpatizantes de la izquierda confederal para que solo concurriera una candidatura a las elecciones del año pasado y no fue así.
“Nuestro pobre resultado electoral en la CAV fue producto de un proceso de decisiones mal adoptadas”
Esa fue la conclusión de un proceso de decisiones mal adoptadas y no haber construido un proyecto sólido. Pero la historia reciente nos dice que, al margen de que haya un actor como Bildu, que ocupa parte de nuestro espacio, nosotros podemos aspirar a recuperar parte de ese electorado que hemos perdido, recuperando también, si se me permite la expresión, el discurso rojo en clave de clase.
En Navarra, a diferencia de la CAV y de resto del Estado, la fórmula de Contigo-Zurekin sí parece haber superado las divisiones hasta el punto de que no es fácil ver estas o aquellas siglas.
Ese es el éxito de la confluencia, cuando lo unido supera a las partes que lo conforman. Contigo funciona porque ha habido por todas las partes una asunción honesta y convencida del proyecto común. Con esas premisas, creo que se está haciendo un gran trabajo tanto en el Parlamento como en el Gobierno de Navarra. Creo que puede ser un buen referente en el Estado.
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